Yacine Qasmi se reencuentra en Leganés con el sortilegio del gol
Ante el Girona puso fin a una sequía de 279 días sin ver puerta en Liga. Nafti le ha otorgado galones de titular en su apuesta por la meritocracia. Demostró que es algo más que un ‘9’.
Yacine Qasmi volvió a invocar el embrujo del gol nueve meses después de su último tanto en Liga. Cuando el delantero franco-marroquí del Leganés enganchó con la zurda el centro de Nyom ante el Girona habían transcurrido 279 días desde la última vez que vio puerta en el torneo de la regularidad. Entonces portaba la camiseta del Rayo y la víctima fue el Castellón. Esta vez portaba la del Lega y el enemigo fue el Girona. El orden de los factores, en la ecuación de este tanto, sí altera el producto.
Porque Qasmi vino a estrenarse en un duelo de campanillas, ante un rival que el Leganés quiere que sea directo en la lucha por el playoff y apenas en la segunda titularidad del ariete. Bueno para los pepineros, ajados en la noble tarea de perforar porterías contrarias. Para eso ha fichado Qasmi. Para revitalizar una tarea anquilosada al sur de Madrid.
Premio al acierto
Porque por ahora Bautista (dos tantos en Liga) y Borja Garcés (otros dos tantos en el torneo regular) no habían aportado la pólvora que de ellos se esperaba. Qasmi aterrizó en Butarque con fama de ser poco goleador y más ariete que acompaña que delantero centro puro, como le colocan las etiquetas que le persiguen desde hace años. Para colmo, no llegó rodado ni en buena forma física. Lo reconoció un Nafti que dijo que este atacante de 31 años necesitaría paciencia y tiempo para desengrasar los oxidados mecanismos de su inactividad con ‘La Franja’.
Sucede que, dentro de la meritocracia extrema que le gusta imponer al entrenador pepinero, Qasmi pronto demostró cierto olfato predestinado al gol. En un amistoso ante el DUX Internacional de Primera RFEF, Qasmi vio puerta antes de debutar contra el Amorebieta de titular. En aquel partido formó con Bautista en punta y aunque el ariete cedido por la Real también mojó, Nafti decidió que era tiempo de un relevo que tardó 134 minutos en funcionar. Los que separaron el pitido inicial en Lezama del tanto al filo del descanso (44’) contra el Girona.
Algo más que un ariete
Pese a que contra los vascos no marcó en el buen triunfo pepinero (1-3), Qasmi repitió en el puesto frente al Girona en un duelo de esos que deja guiños al gol, pero también a la grada. Ese estilo de fajador incansable que destila en cada jugada (se ganó la amarilla por ir duro en una presión tras pérdida) gusta en Butarque. Así lo reconoció un público que lo aplaudió al dejar su puesto a Bautista y después de un derroche físico que no sólo dejó brega, sino también detalles de calidad.
Sirva como ejemplo una acción, reanudado el choque, en la que Qasmi desbordó por la izquierda casi convertido en extremo para intentar ceder un gol a Bárcenas. La jugada terminó en fiasco por falta de ángulo y exceso de Juan Carlos (partidazo del portero del Girona), pero demostró que Qasmi es algo más que el sambenito que le cuelga desde hace tiempo. Ése que lo señala como ariete de leño, frente a la versión trabajadora y versátil que desplegó en su estreno como titular ante su parroquia. La misma que lo vio romper la sequía liguera que lo acompañaba y que espera relance a un Leganés esperanzado con poder asomarse en breve a los puestos de playoff.