La cabalgata de Rubén Pardo
El riojano reparte pases de gol como si fueran caramelos. Ante el Amorebieta, su lanzamiento de falta lateral regaló a Arnáiz el 0-1 en el 45’. Suma siete asistencias e iguala la cabeza de Segunda.
Rubén Pardo juega en una cabalgata. En cada partido, reparte caramelos a sus compañeros. El medio campista de Rincón de Soto dio, ante el Amorebieta, el último de estos jugosos regalos. Su saque de falta lateral ayudó a que José Arnáiz abriera el marcador en un momento clave, el minuto 45’+1. Después del gol, sólo quedó el descanso. Trascendencia máxima que enfatiza la virtud del riojano del Leganés para hacer de los pases de gol, una rutina constante.
Con éste ante el Amorebieta, el ex de la Real Sociedad se convierte en el máximo asistente de Segunda División en esta temporada en la que ya ha dado siete veces el útlimo pases a sus compañeros. Pardo iguala en la cabeza con Ricardo Riquelme (Mirandés) y Borja Sánchez (Oviedo) como el futbolista más generoso del campeonato. Una incidencia en el que juego, que, aislado sólo en la estadística del Leganés, lo convierte en el futbolista que más ocasiones (incluidas asistencias) ha generado en esta temporada, con 43 oportunidades, muy, muy por delante de Sergi Palencia (27), el propio José Arnáiz (27) y el lesionado Fede Vico (25).
La asignatura pendiente del gol
Ya la temporada pasada Rubén Pardo dejó huellas de esta habilidad, pero lejos de sus guarismos actuales. Entonces dio cuatro pases de gol. A cambio, lo compensó con otras tantas dianas (cuatro), todas a balón parado. Semejante habilidad le valió ser el premio al mejor jugador del mes de febrero de 2021 en toda la Segunda División.
Ahora esa faceta, la del gol, la tiene algo más olvidada. Por ahora no ha marcado ninguno, aunque un saque de esquina suyo ante Las Palmas, apoyado por una carambola de varios rechaces, acabó con la pelota dentro de la portería canaria en otra suerte de pseudo-asistencia o casi-gol olímpico.
Sea como fuere, Nafti ya ha dejado claro en varias ocasiones que Pardo forma, junto con Gaku y Recio, seguramente el eje espinal de un centro del campo que ayer, ante el Amorebieta, contó con la novedad de usar al propio Pardo como mediapunta. Un enganche por detrás de dos delanteros con rombo en la medular formado sólo y exclusivamente por medio centros y que otorgó al Lega altas dosis de posesión en un escenario en el que Rubén se siente cómodo.