Asensio, el francotirador
El balear, antes de su gesto al Bernabéu, confirmó que se ha vuelto un especialista. Pasa, regatea y se desmarca menos... pero tira más de gatillo. Un nuevo Marco.
Más allá de lo folclórico (esa España acudiendo a Twitter a hacer trending topic el término ‘Ausencio’) y lo polémico, ese gesto de Marco Asensio a la grada del Bernabéu interpretable como un mandar a la afición a hacer mutis por el foro, queda un Asensio que se ha convertido en un peculiar soldado para Ancelotti. Apenas participa del juego colectivo, ni se le recuerdan galopadas por la banda, pero está convirtiéndose en un especialista: zurdazo quirúrgico al Alavés dos semanas después de aquel zurdazo al Granada. Dos presas abatidas.
Con el agujero hecho al equipo babazorro son siete los goles de Asensio esta temporada en Liga y supera por una diana (estando aún en febrero) su año más prolífico en el Madrid, la 2017-18. Lo viene buscando de manera activa. Bien es cierto que todo podría haber quedado en una granada explotando bajo sus pies si esa cesión suicida un minuto antes de su gol la hubiera aprovechado Pere Pons. Pero este juego va de goles. A eso se ha entregado Asensio.
Basta con mirar cómo pasa casi de puntillas por la construcción del juego. Contra el Alavés fue el que menos pases dio del Madrid, con 35, apenas seis más... que Thibaut Courtois. No es lo único. Ha ido bajando ostensiblemente su promedio de desmarques por partido, de 22 en la 2019-20 a 16 en la actual; también han caído otros matices de su juego como es el encarar: sus regates han ido decreciendo de los 3,3 de la 2018-19, a los 2,4 de la campaña pasada y los 1,8 de la actual.
Pero lo que no aporta coralmente o en acciones donde ahora se lleva la palma Vinicius (regates y aceleraciones), lo compensa Asensio al engatillar su zurda. Sus ocho intentos contra la portería del Granada, récord absoluto para él desde que juega en el Madrid, no encontraron una réplica en número contra el Alavés pero sí en lo cualitativo. Los dos chuts del mallorquín contra Pacheco le sobraron para conseguir también abrir la lata.
“Esa celebración le sobró a Marco, tendría que saber que el Bernabéu siempre exige a los que pueden dar más”, decía tras el partido Antonio Romero en Carrusel. No es poca cosa, porque Asensio encara el final de su contrato, que termina en 2023. Tiempo para saber si, con Mbappé en el horizonte, puede sobrevivir en la plantilla blanca del futuro como francotirador.