Lapeña, Quiles e Iricibar rescatan al Deportivo
El Depor pone fin a su calvario con un gol de Lapeña y otro de Quiles tras un error enorme de Iricibar. El Calahorra fue mejor, pero el gol de Carlos Vicente llegó tarde.
Por primera vez en mucho tiempo el Depor saltaba al césped por debajo de un rival. Por debajo de un Racing que horas antes había hecho sus deberes ante Unionistas. Presión cántabra unida a la propia, a la que el equipo se había echado encima después de acumular tres derrotas consecutivas. Y todo eso se notó, y vaya que se notó. Nervios a flor de piel, imprecisión por bandera y pánico en la grada a una cuarta derrota ante un Calahorra que estaba siendo mejor y que en cinco minutos dijo adiós. Primero con un gol de estrategia de Lapeña, luego con un error de Iricibar de esos que se van a repetir mil y una veces en los telediarios del que se aprovechó Quiles. Alivio absoluto para un Depor que acabó sufriendo con el gol de Carlos Vicente, pero que mantendrá el liderato una jornada más. Tiempo extra que Borja Jiménez debe aprovechar para que las sombras de estos últimos partidos vuelvan a ser las luces que iluminaban a los blanquiazules en la primera vuelta.
La primera incógnita a dilucidar era comprobar cómo se comportaría el Deportivo sin Juergen, director de orquesta del equipo y ausente por primera vez en la temporada. Ya la respuesta, con la sorpresa de Menudo en el once, fue de miedo, de pánico. De ver como el Calahorra dominaba el juego y las ocasiones en los primeros quince minutos. Hasta cuatro remates de los riojanos, plácidos en defensa e insistentes en ataque. El siguiente cuarto de hora fue un recital de pérdidas e impresiones de los coruñeses. Una demostración de unos nervios proporcionales a los últimos malos resultados. Nada menos que 34 minutos hubo que esperar para ver un disparo entre los tres palos del Depor, y para eso fue un blandito remate de Miku desde la frontal. Una penitencia que estuvo a punto de liberar un Bergantiños que cumplía 300 partidos en un remate franco tras un córner, pero Iricibar le estropeó la celebración.
El primer movimiento tras el descanso de Borja Jiménez fue cargarse al reaparecido Menudo para dar entrada a William. Duro golpe para el sevillano tras llegar a la titularidad dos meses después. Lo que no cambió fue la angustia para la afición coruñeses, que vio como el Calahorra perdonaba con una doble ocasión de Madrazo y Manu a la que contestaron Aguirre y William. Cuatro latigazos que hablaban de un cambio en el partido, de un intercambio de todo o nada vista la incapacidad del Depor de imponerse. Y en tanta espesura una jugada de estrategia, sucia como el partido, Lapeña adelantó a un Depor que respiraba a media hora del final. Y por si el alivio fuese poco, Iricibar decidió sumarse al perdón al líder al intentar regatear a un Quiles que no picó, puso la puntera y marcó. Mayúsculo error para entregar un partido en el que los riojanos estaban siendo mejores y que asustaron hasta el final, pero el 2-1 de Carlos Vicente llegó demasiado tarde.