Diego Carlos, factor diferencial
El central brasileño ayuda a mantener a cero la puerta del Sevilla ante Osasuna y Elche sin Koundé ni Fernando junto a él en el eje defensivo. Atrás queda la oferta del Newcastle.
Diego Carlos, sin Fernando ni Koundé. El eje defensivo del Sevilla quedó bajo mínimos ante Osasuna y Elche, con el francés exiliado al lateral derecho y problemas físicos que sólo permitieron a Fernando jugar los últimos minutos ante los alicantinos. Diego Carlos permaneció de esta manera solo ante el peligro, pero volvió a cuajar dos partidazos y a contribuir decisivamente a que la portería nervionense quedara a cero en ambos duelos ligueros.
El Sevilla resiste por tanto como el conjunto menos goleado de Primera, con apenas 16 tantos recibidos en las 24 jornadas que disputó hasta ahora. Y el central de Barra Bonita, que tan cerca ha estado este invierno de marcharse al Newcastle, sigue teniendo muchísimo que decir en esa magnífica estadística. No se despistó con las libras de la Premier y no lo parece haberlo lamentado después de no poder marcharse allí.
Con contrato hasta 2024, Diego Carlos disputa su tercera temporada en Nervión, a donde llegó casi como un desconocido en 2019 y a cambio de 15 millones de euros que entonces parecieron una cifra elevada. Pero Monchi había vuelto a dar con la tecla. Dos años y algunos meses después de su fichaje, el Newcastle estaba dispuesto a dar por el brasileño 40 millones que el próximo verano parecerán calderilla. En Sevilla prefirieron mantenerle y quieren ampliarle el contrato durante algunas temporadas más. Cerca de cumplir 29 años, habrá que ver si aparecen nuevos interesados.
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El Chelsea de momento volverá a por su compañero de zaga Jules Koundé. A los 23 años, el francés sigue siendo uno de los centrales más prometedores del Viejo Continente, si no el que más. Los blues están dispuestos a subir su oferta inical de 50 millones de euros y el Sevilla, que acaba de renovar a Fernando Reges, sabe que habrá de vender a alguna de las piezas para cuadrar sus cuentas. Pero no tiene por qué ser Diego Carlos, ese factor diferencial.