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SD LOGROÑÉS 1 - DEPORTIVO 0

Gatillazo del Deportivo en Las Gaunas

El Depor, que perdonó en el primer tiempo, enlaza su segunda derrota consecutiva ante un SD Logroñés que supo sufrir y golpear a balón parado.

William de Camargo, en una jugada ante el SD Logroñés.
William de Camargo, en una jugada ante el SD Logroñés.RCD

A lo largo de una liga hay partidos claves. Días en los que como siempre se juegan tres puntos, pero que tienen un valor añadido por todo lo que los rodea. Para el Depor, uno de esos exámenes troncales se celebraba esta mañana en Las Gaunas. Los coruñeses, tras perder en casa un año después ante el Real Unión y con la visita del Racing en el horizonte, necesitaban una victoria para evitar sospechas sobre su liderato. Y lo que se llevó para A Coruña fue su segunda derrota consecutiva, algo que no le había ocurrido en toda la temporada. Un duro golpe, que podría haber sido mazazo en caso de victoria de un Racing que empató en su visita al Badajoz. Y todo después de perdonar en el primer tiempo con dos palos incluidos ante un SD Logroñés que supo sufrir y que aprovechó su oportunidad a balón parado. Mucho mérito para los riojanos, que acumulan cuatro partidos consecutivos sin perder y que ha sumado diez de los últimos doce puntos.

La primera incógnita a resolver pasaba por conocer la profundidad de la rotación de Borja Jiménez. Comprobar hasta qué punto el técnico pensaba en el partido del miércoles contra el Racing. Y en su once estaba prácticamente todo su bloque titular, incluido el apercibido Juergen, con Miku como única ausencia de campanillas para demostrar que la cabeza y el cuerpo estaba en Logroño, no en el Racing. Y la puesta en escena fue excelente. Domino total del juego gracias a una defensa muy adelantada con robos constantes y criterio en la circulación. Monólogo que rozó el 0-1 al cuarto de hora cuando Soriano envió al palo una trabajada jugada colectiva. Los siguientes 15 minutos fueron exactamente iguales. Dominio coruñés con Soriano acariciando de nuevo el gol y poco después, remate al palo de Trilli. Todo, ante una SD Logroñés sometido, pero aguantando sin descomponerse y rozando la sorpresa en un par de contras bien trenzadas que acariciaron el gol. Cuarenta minutos casi perfectos del líder, pero empate sin goles en el marcador y dos sustos finales.

El segundo tiempo arrancó con un guion similar, con los riojanos sufriendo pero más tranquilos con la posesión y empezando a confiar en que el plan podía funcionar. De hecho, el balón dejó de ser una propiedad privada de los blanquiazules para pasar a ser un bien más repartido y con ello, el peligro. Y el golpe llegó a balón parado en el minuto 64, en el que Soberón, recién entrado, cabeceó a placer en el segundo palo totalmente libre de marca. Vértigo para el líder, acosado por el resultado y el crono. Borja tiró de Miku y Álvaro Rey, pero el partido ya era otro con la SD Logroñés más cómoda y sufriendo la mitad, o menos, de lo que vivió en el primer tiempo. Y el tramo final, como es lógico, fue un acoso blanquiazul en busca del milagro primero, de al menos el empate después. Pero como el día del Real Unión, ni una ni otra.