Aprobados y suspensos del Almería: Sadiq, como en el patio de su casa

Fernando. Abortó un disparo raso de Antoñín en el minuto 19. No tuvo demasiado trabajo.

Pozo. Volvió por sus fueros, creando peligro constantemente en ataque. En el ecuador de la primera mitad tras robar el mismo un balón en la línea de fondo probó fortuna con un disparo alto. En el minuto 75 fue tal su potencia que los defensores locales no pudieron pararlo ni con agarrones, provocando la amarilla a Peybernes, que se perderá el duelo ante el filial de la Real Sociedad por acumulación de amarillas. Jugó sus últimos trece minutos como extremo.

Chumi. Si el Almería está enterrado los groseros errores defensivos de semanas atrás es en buena parte por el nivel que está ofreciendo el de Laracha. Frenó a la perfección a Paulino, Roberto Fernández y Sekou.

Babic. Disfrazado de nuevo en mariscal en el área, cada vez cobra más protagonismo en ataque. En el 74' tuvo un cabezazo en un saque de esquina, aunque sin la potencia suficiente para hacer daño.

Akieme. Ha vuelto a ganarle la tostada a Centelles, siendo un incordio constante por la banda zurda, más bien como carrilero que como extremo. Buscó abrir la lata con una semivolea parada por Dani Barrio antes de la media hora de juego. Si encontrase un mayor equilibrio en la faceta defensiva...

De la Hoz. Fundamental su trabajo de nuevo, máxime en un partido tan trabado. De hecho, a pesar de estar apercibido y de que entró al final Eguaras, el cántabro se mantuvo hasta el minuto final. Volvió a dar una lección en cuanto a coberturas se refiere. En el minuto 40 peinó de cabeza una falta botada por Robertone.

Portillo. No apareció demasiado en el primer acto, pero su presencia fue decisiva para la victoria almeriense. Recibió un envío de Samu para domarla y centrar desde la derecha a Sadiq para que el nigeriano sólo tuviese que empujarla. Acciones como la del malagueño, que se marchó ovacionado, terminan siendo decisivas para lograr un ascenso.

Robertone. Va a más a pesar de que no fuese un partido vistoso para sus prestaciones. Pudo ahorrarse una falta peligrosa en los últimos minutos, otra amarilla incluida.

Samu. Partidos con tanto barro como el de hoy le vienen como anillo al dedo. Bajó constantemente a participar en la salida de balón visitante y saltó para presionar junto a Sadiq la local. Le metió a Portillo el balón del 0-1.

Appiah. Rubi apostó por él para ocupar el puesto de Ramazani y el inglés no terminó de devolvérsela. Lo intentó por las dos bandas, pero no mostró la verticalidad tan característica suya.

Sadiq. Se sintió en La Rosaleda como en el jardín de su casa. A los cinco minutos ya probó con un disparo desde 30 metros que se marchó encima del larguero. La exhibición fue a más en la segunda parte, bajando a recibir para generar huecos a sus compañeros de segunda línea y, sobre todo, buscando la espalda de la zaga malagueña. En el 53' hizo el gol de la noche al cabecear un genial centro de Portillo, su décimo de la temporada (sin contar el de Copa). En el minuto 75 pudo sentenciar en una surrealista jugada, en la que terminó robando el esférico a Dani Barrio y echándola fuera tras presionar a Víctor Gómez-.

Buñuel. Entró en el minuto 65 para que el costado defensivo ganase en consistencia defensiva y Pozo adelantase su posición aprovechando la gasolina del futbolista cedido por el Sevilla. Cumplió.

Nieto. Jugó los doce últimos minutos como extremo diestro. Terminó cojo al lastimarse la rodilla. No pinta nada bien.

Curro Sánchez. Entró junto a Nieto, sin entrar demasiado en contacto con el balón.

Eguaras. Habitual en los últimos minutos, Rubi buscó más solidez en la sala de máquinas.

Rubi. Dio continuidad a su último once, con las únicas novedades de Robertone, sancionado hace una semana, por Puigmal, y Appiah por el sancionado Robertone. En la segunda parte volvió a hacer otro de sus movimientos habituales, adelantando a Pozo como extremo para pasar después con doble lateral (Buñuel-Nieto) en el carril diestro. Expulsado, fue Jaume Torras el encargado de dirigir al Almería.