Cuando Adama incordiaba al Espanyol y adulaba al Madrid
El actual jugador del Barcelona se dejaba querer en AS hace dos años, antes de medirse con los pericos, con los que probó de niño y donde su hermano sí jugó.
En el estadio del Centre d’Esports L’Hospitalet, a menos de cinco minutos en coche del RCDE Stadium, jugaba Adama Traoré cuando a los ocho años el Barcelona quedó fascinado por su velocidad y lo reclutó. Esa distancia de un kilómetro largo con Cornellà no es lo más cerca que pudo estar del Espanyol, pues antes de recalar en la Masia había probado sin éxito en la cantera perica. De regreso al club azulgrana, y a las puertas de un derbi que llega tras su fulgurante reestreno ante el Atlético de Madrid, es el jugador del actual Barça que menos tiempo lleva sin pisar el estadio blanquiazul.
Con el Wolverhampton Wanderers, que aún posee sus derechos, atormentó Adama al Espanyol el jueves 27 de febrero de 2020 en la vuelta de los dieciseisavos de la Europa League, con un desborde vertiginoso e incluso un gol que enterraba cualquier expectativa remota que tuviesen los pericos de remontar una eliminatoria que venía sentenciada del Molineux Stadium, en un 4-0 en que también había participado activamente el de La Florida. En Inglaterra lo sufrió Dídac Vilà, y en el RCDE Stadium, a pesar del intrascendente 3-2 final para los locales, su víctima fue un Adrià Pedrosa que repetirá en su marcaje este domingo.
No tuvo ninguna piedad del Espanyol un Adama curtido en multitud de derbis durante sus 11 años en la cantera barcelonista. Ni siquiera a sabiendas de que su hermano mayor, Moha Traoré, sí había militado en el fútbol base perico, hasta la etapa de filial. Desligado de los blanquiazules en 2014, ahora milita en un Cornellà cuyo campo se sitúa curiosamente a unos diez metros, puerta con puerta, del feudo perico.
Tampoco en aquellas fechas, no hace ni dos años, recordaba con especial anhelo Adama su primera etapa en el Barça, como certificó en una entrevista publicada por AS el 20 de febrero de 2020. “Hubo situaciones del Barcelona que no me gustaron, problemas con los responsables que había en ese momento, y tomé la decisión de irme”, afirmaba con cierto resquemor. “Son cosas que sucedieron, que contaré en su momento, pero que por ahora prefiero guardarme para mí”, abundaba.
Y, aunque aseguraba que no sentía “ningún rencor por lo que sucedió con el Barça”, reconocía preguntado por la posibilidad que “a la hora de decidir mi futuro, no tendré problema si debo ir al Madrid”. “No cierro ninguna puerta, es la realidad”, añadía un Adama que, a decir verdad, tampoco descartaba regresar al Camp Nou, tal como ha terminado sucediendo: “Lo del Madrid o lo del Barça llegará cuando tenga que llegar”. Y ha llegado, como también su reencuentro con el Espanyol.