Simeone reconoce la "agresión" a Guerrero: "Fue innecesario, hay cosas que ni pidiendo disculpas"

Han pasado 25 años ya. Cada vez que vuelve Simeone a Bilbao se lo recuerda la afición del Athletic con un recibimiento hostil. El actual técnico del Atlético protagonizó una de las escenas más escalofriantes en la capital vizcaína. Una entrada en la temporada 1996-97 que se califica por sí misma solo con verla. En esta era del VAR habría supuesto la roja y una buena sanción. Le clavó los tacos a Julen Guerrero cerca de la línea de fondo cuando este se tiraba al suelo para impedir que el cuero saliera, mientras el Cholo lo protegía con su cuerpo. Al comprobar que le superaba por fuera e iba a arrebatarle el balón en una situación ventajosa, le pisó violentamente. Le dejó un profundo orificio por el que manaba abundante sangre. Tuvieron que ponerle al vasco tres puntos de sutura. El exjugador argentino no ha tenido más remedio que autoinculparse, en el tercer Capítulo de la docuserie 'Simeone. Vivir partido a partido' de Amazon Prime Vídeo.

"Fue una reacción innecesaria. Siempre fui fuerte, siempre fui temperamental... pero eso es una agresión. Obviamente está mal", admite el actual entrenador del Atlético. Simeone desvela además que no volvieron a verse él y Julen para tratar de pedir perdón: "Nunca más nos cruzamos, y las veces que nos tocaba jugar contra el Athletic no le tocó venir a jugar con nosotros, para tener esa oportunidad al menos de pedir disculpas, pero yo creo que a veces hay cosas que ni pidiendo disculpas. Sí, te sacas la situación de pedir perdón... pero lo que está mal, está mal". Un Cholo que suele nombrar al Athletic como "el Bilbao", término que tanto irrita en San Mamés. Su memoria es bastante frágil, ya que ambos volvieron a cruzarse tres veces tras el pisotón.

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La jugada se produjo en la jornada 16 de aquella campaña 96-97 y el Athletic empató a un gol ese encuentro. Pantic adelantó a los colchoneros a los 40 minutos de juego y en la segunda mitad Etxeberria logró el tanto del empate. El colegiado de aquella cita de la vergüenza, Barrenechea Montero, no observó la acción y la dejó sin sancionar. Simeone continuó en el terreno de juego, mientras que la 'Perla de Portugalete' pudo regresar con un aparatoso vendaje. El jugador argentino se llevó una de las pitadas más recordadas de La Catedral cuando fue sustituido por Roberto Fresnedoso. Antic lo quitó para evitar males mayores.

Competición tuvo que entrar de oficio tras el revuelo que se montó en días posteriores. El Athletic, con permiso de Guerrero, denunció la acción y el centrocampista argentino fue castigado con tres partidos de suspensión. El presidente Arrate clamaba al cielo: "Simeone es un enemigo público en un campo de fútbol, es un indeseable deportivo". Y Julen no se mordió la lengua: "Fue intencionado. No me pidió perdón. Bajó el pie con fuerza a propósito, si no, habría sido imposible hacerme ese agujero". La última vez que vio al Cholo fue en un restaurante, se saludaron fríamente y cada uno se fue por su sitio.