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ATLÉTICO DE MADRID

Carrasco y Correa se echan al Atlético a la espalda

Cuando más quemaba el balón, el belga asumió la responsabilidad de liderar el ataque. El '10' ya es el máximo goleador rojiblanco en Liga. Cunha sigue creciendo.

Carrasco y Correa celebran un gol del Atlético.
JAVIER GANDULDIARIO AS

El Atlético incorporó en el último minuto del mercado veraniego a Antoine Griezmann para formar una delantera de ensueño. Jugadores de muchísimo nivel y gol, destacando al francés, a Luis Suárez y a João Félix como cabezas de cartel, algo que se pudo comprobar también en Arabia Saudí, siendo elegidos como los referentes colchoneros en el país en el que se disputó la Supercopa de España.

Una nueva temporada donde se destinaba a Ángel Correa un papel teóricamente más secundario… hasta que el campo ha vuelto a demostrar lo contrario. Entre las lesiones de Griezmann, la sequía de Suárez y la poca continuidad de João, el delantero argentino está siendo el sostén en la delantera atlética. Un jugador que no se ha perdido ningún partido en lo que marcha de curso y que, con su gol al Valencia, que puso el empate momentáneo en el minuto 90, alcanzó los ocho tantos en Liga, lo que le sitúa como el máximo anotador del equipo en la competición. Correa también participaría tres minutos después en el tanto que desató la locura en el Wanda Metropolitano. Recibió un pase interior de Herrera y de primera combinó de tacón con Cunha para que su centro-chut se convirtiese en el gol de Hermoso que devolvió al Atlético a la senda del triunfo.

Carrasco y Correa se echan al Atlético a la espalda
10
Correa

Ambos, argentino y brasileño, habían entrado al campo con un 0-2 en el marcador que era una losa. En el caso de Correa, salió en el descanso para tratar de volver a dar otro aire al equipo desde el banquillo. Cunha por su parte tuvo la oportunidad en el minuto 57, cuando Simeone revolucionó su esquema retirando a Lemar y João Félix para dar entrada al delantero, ya fijo con Brasil, y a Felipe en una sustitución controvertida. Sin embargo, ese movimiento devolvió a Carrasco a la banda izquierda y permitió encontrar una última media hora prodigiosa del belga.

Un soldado para Simeone, que desde su vuelta de China está aún más comprometido en las labores colectivas, pero que cuando se desmelena es prácticamente imparable. Carrasco había comenzado por la derecha, ayudando constantemente a Vrsaljko y entrando poco en juego en un sector donde le cuesta más ser desequilibrante, ya que no tiene ese regate hacia dentro con su diestra que le permite ver el campo mucho más abierto. Pero, en la izquierda, fue una tortura para el Valencia. Regates, caños, controles de una técnica exquisita y mucha producción para el Atlético, que volcó sus ataques por su zona concentrando jugadores en el área en busca del gol.

De un córner sacado por Carrasco llegaría el gol de la esperanza de Cunha, otro jugador que siempre suma cuando sale. Y en un centro con el exterior hacia Suárez que no pudo atajar Jaume le cayó a Correa para poner el 2-2. Carrasco se vació, se marchó después de sufrir un golpe durísimo en la cara en otra acción defensiva de mérito y recibió el cariño de un Wanda Metropolitano rendido a su calidad y trabajo. Con cinco pases de gol, el belga ya es el máximo asistente de la plantilla superando al propio Correa y a Lemar. Carrasco y Correa, dos jugadores sin tanto foco, pero que están volviendo a ser la mordiente del Atlético.