Un Real Madrid multilingüe
El conjunto blanco conquista la Supercopa en dos partidos en los que desplegó diferentes estilos: goles a la contra, con juego directo, jugadas elaboradas...
Su extensa y exitosa carrera en los banquillos ha llevado a Ancelotti a ser capaz de expresarse en inglés, francés, castellano y alemán, además de su italiano materno. Y esa experiencia también se traduce en el campo. Carletto ha creado un Madrid multilingüe, capaz de expresarse sobre el césped en varios idiomas. El conjunto blanco domina la escena cuando 'escucha' al rival y espera su oportunidad para tomar la palabra y salir a la contra. Y se expresa con fluidez y contundencia en las situaciones en las que toma la iniciativa del discurso. La Supercopa ha sido una síntesis de esa dualidad: desde el certero al contragolpe en la semifinal frente al Barcelona a la eficacia con la posesión en la final contra el Athletic.
El primer título de la temporada ha estado presidido por el debate acerca del estilo del Madrid. Ancelotti se ha expresado sin complejos durante toda la temporada sobre el planteamiento de juego de su equipo. El técnico italiano ha reconocido lo cómodos que se sienten sus jugadores esperando atrás para poder atacar los espacios con la velocidad de futbolistas como Vinicius. Un plan que no siempre ha podido poner en prácticas ante equipos que le han cedido la iniciativa al Madrid, pero que sí que pudo aplicar (y surtió efecto) contra el Barcelona.
Ancelotti se ha visto en una situación de explicar cómo plantea los partidos a casi tener que justificarse. "La fuerza de un equipo es no tener una sola identidad. En el fútbol hay muchas cosas: posesión, la contra, la defensa, la presión, arriba, la presión atrás, el balón parado, que es un aspecto muy importante... Afortunadamente he tenido la experiencia de entrenar en muchos países. He entendido que en el fútbol no solo hay una cosa que tengas que hacer bien. Tienes que ser listo para hacer muchas cosas. El hecho de no tener una sola identidad es una habilidad del equipo, no una debilidad", argumentó ante los micrófonos de Real Madrid TV entre partido y partido.
El Madrid mató la semifinal contra el Barcelona con una contra de libro culminada por Valverde. Cerró el Clásico con un 46,8% de posesión, su menor dato de la temporada. En la primera parte de la final contra el Athletic, el conjunto blanco recuperó la línea que lleva esta campaña, con un 60,2% (los de Carletto promedian un 59,63% posesión). "Hoy demasiada posesión...", bromeaba Ancelotti tras el partido. Y el primer gol llegó en una jugada construida desde atrás como un ataque relámpago para superar la presión alta del Athletic. El esférico pasó por los pies de los tres centrocampistas de la sala de máquinas. Esa Santísima Trinidad que forman Casemiro, Kroos y Modric y que sumaron un nuevo título a su palmarés. Del croata, el balón llegó a las botas de Rodrygo, que dio el pase definitivo para que el propio Modric, con su primer gol de la temporada, abriera el marcador.
El origen del penalti que transformó Benzema es una jugada de toque, hilvanada a lo largo de 18 pases y 38 toques de balón en 51 segundos. Vinicius (el único jugador junto con Courtois que no tocó el balón en la jugada) molestó a Nico Willliams para facilitar la tarea de Casemiro en la recuperación. El balón pasó sucesivamente por las botas de Mendy, Kroos, Casemiro, Lucas Vázquez, Rodrygo, de nuevo el gallego, Militao, Alaba, Mendy, Casemiro, Mendy por tercera vez, Militao, Rodrygo, Lucas, Benzema, Kroos, Lucas por cuarta vez y finalmente Karim, cuyo remate con la derecha y a la primera fue interceptado con la mano por Yeray. Tres maneras de entender el fútbol. Tres caminos al gol. Tres goles que dan un título.