Al Girona le falta fondo de armario
Míchel solo ha utilizado todos los cambios en tres de los últimos diez partidos. Ante el Fuenlabrada solo realizó dos a la espera de que lleguen refuerzos
Que el Girona está teniendo problemas en la configuración de las convocatorias es una evidencia. A todos los problemas derivados del Covid (que no han afectado en exceso al equipo) hay que sumarle las lesiones que han mermado a la plantilla durante las últimas semanas. Míchel ha recuperado jugadores (Borja ya jugó el último partido) pero todavía están Terrats, Ureña y Sarmiento de baja. Y a Míchel le faltan efectivos.
Pese a que el técnico ha configurado un once muy competitivo, los resultados saltan a la vista, el problema lo encontramos en el banquillo. Multitud de jugadores del filial plagan siempre las convocatorias y muchos de ellos no solo han participado con el primer equipo, sino que se han asentado. Pese a ello a Míchel le faltan efectivos. En los últimos diez partidos el técnico madrileño solo ha utilizado los cinco cambios en tres partidos y muchos de ellos han sido en el descuento o en los últimos minutos, dejando una participación testimonial para los hombres que entraron. Ante el Fuenlabrada, en el último partido, tan solo realizó dos cambios. Una situación que no es anecdótica, sino que se ha repetido durante toda la temporada.
Además de la recuperación de los hombres lesionados es evidente que el Girona necesita fichajes. Lo ha hecho público su técnico, que pidió un delantero, un lateral derecho y un centrocampista. A día de hoy, sin embargo, todavía no ha llegado ninguno. La prioridad de la dirección deportiva es encontrar a esos jugadores que mejoren y refuercen al equipo, pero la situación económica (con el límite salarial) es la que es. Especialmente preocupa la posición de la delantera, pues es donde el equipo anda más corto de efectivos. En el lateral derecho está completamente afianzado Arnau, Calavera es su suplente y Valery se puede adaptar. En el centro del campo Míchel tiene piezas para elegir. En la delantera, en cambio está más limitado.
Y no es tanto un tema de números, sino de perfiles. Stuani y Bustos tienen cualidades muy parecidas, e incluso Moreno es más un rematador o punta que un hombre capaz de jugar al espacio. Es ahí donde está buscando la dirección deportiva, que peina el mercado en busca de un delantero móvil, capaz de desmarcarse y correr al espacio, una tarea que llevó a la perfección Mamadou Sylla el curso pasado. El delantero, hoy en el Alavés, es uno de los nombres que tiene apuntados Quique Cárcel, un director deportivo especialmente proclive a recuperar jugadores que han jugado ya en el equipo.