Borja Sáinz pide paso
La participación intermitente y secundaria del extremo llama cada vez más la atención por lo que tiene de difícil comprensión o de agravio comparativo.
En un Zaragoza sin gol y, hay que decirlo claro, sin apenas ocasiones en el último mes y medio, la participación intermitente y secundaria de Borja Sáinz llama cada vez más la atención por lo que tiene de difícil comprensión o de agravio comparativo. Juan Ignacio Martínez nunca ha considerado al extremo un titular y tiene por delante a Bermejo, Nano Mesa o Narváez, pese a que ninguno de los tres ha hecho méritos para gozar de la categoría de indiscutible. Borja Sáinz cumple cada vez que tiene una oportunidad y su ímpetu, su velocidad y su amenaza son, quizá, el mejor remedio para revitalizar un ataque cada vez más al descubierto y al que el director deportivo Torrecilla no le ha dado solución en dos mercados.
Borja Sáinz, que está cedido por el Alavés, sólo ha sido titular en seis de los 18 partidos en los que ha participado hasta ahora en el campeonato de Segunda División -apenas 749 minutos de juego-, pero ha marcado los mismos goles -dos- que Narváez o Nano Mesa y uno más que Bermejo, que ha jugado de inicio hasta en 14 partidos. JIM le ha dado más minutos a Borja Sáinz en la Copa, con hasta dos titularidades en tres eliminatorias, y el futbolista vizcaíno ha estado siempre entre los destacados.
Dentro de la mediocridad general, Borja Sáinz es el mejor especialista de banda, y por los dos costados, que tiene el Zaragoza, entre otras cosas porque ni Nano Mesa, ni Bermejo, ni Narváez son extremos y el panameño Yanis es claramente una apuesta fallida, como tantas otras en estas últimas nueve temporadas en Segunda. Borja es un futbolista rápido, agitador y profundo, atrevido para su demarcación y constante en los esfuerzos que viene pidiendo paso y al que JIM no le ha dado cuatro partidos seguidos. Quizá se decida a empezar a hacerlo este domingo en El Toralín, donde el Real Zaragoza está obligado a reaccionar para acabar con una racha de tres derrotas consecutivas y un extravío futbolístico de primer orden.