La Real levanta la voz por los últimos arbitrajes

La Real Sociedad levanta la voz por los últimos arbitrajes sufridos. Tampoco de forma escandalosa, pero acostumbrado al más absoluto de los silencios en temas arbitrales, a nada que el club donostiarra dice o hace algo al respecto es que algo quiere decir. Y lo que quiere decir es que están ya hastiados por los últimos errores de los colegiados que han sufrido, y que sin ser la clave de su mala racha de resultados en liga, sí que han acabado influyendo de forma decisiva en esos partidos. El penalti, tan claro que no merece ni discusión, de Laguardia a Isak en Mendizorroza ha sido la gota que colma el vaso. Ya habla hasta Imanol Alguacil, que siempre se niega a referirse a las decisiones arbitrales de los partidos. Pero es que hasta el club, normalmente tibio en estos asuntos, ha hecho ruido en las redes sociales con un queja más que directa a la jugada en cuestión.

Y es que desde el esperpéntico espectáculo que montó Mateu Lahoz en el RCD Stadium contra el Espanyol, con el que se inició esta serie de malos resultados que han llevado a comprometer su candidatura europea, la Real ha sufrido en todos los partidos alguna decisión arbitral que le ha sido esquiva cuando debía ser diferente y que al final, que es lo que cuenta, ha influido en el desarrollo del partido. En la Real no quieren poner excusas, porque no creen que esta mala racha de resultados (no gana en liga desde el 7 de noviembre) tenga que ver con los malos arbitrajes sufridos; pero sí están cansados de que todas las decisiones, casualmente, sean en contra, cuando eran jugadas manifiestamente a su favor y que hubieran cambiado el escenario de encuentros que acabaron perdiendo, sobre todo, por su endeblez defensiva. Que sí, que admiten que no atraviesan por su mejor momento y que el equipo realista está estancado en este momento de la temporada; pero una cosa no quita la otra.

Aquel gol anulado, mal anulado siguen creyendo en la Real aunque se preste a interpretaciones, de Mateu Lahoz a Isak contra el Espanyol es el punto de partida. Aquel día se pasó en cinco minutos de ganar a perder. Y dejó tocada a la plantilla realista. Hubo quejas, pero ninguna oficial. El club prefirió mantener un prudente silencio. Después llegó el claro penalti de Casemiro contra el Real Madrid, con 0-0 en el marcador. Pasó de tapadillo y apenas se habló de ello; pero lógicamente hubiera cambiado el signo del partido. Tampoco hubo suerte en la goleada recibida contra el Betis. Es difícil de entender como el puñetazo en la cara a Zubimendi del portero verdiblanco quedó sin castigo. Para entonces la Real perdía ya 3-0, es cierto; pero es más el hecho de que otra jugada clara a favor se pita en contra. Y después llega otro jugada de la que sorprendentemente se habló muy poco, una mano dentro de su área de Raul Albiol en la derrota realista contra el Villarreal. Fue con 1-0 en el marcador, le daba a la Real la opción de ponerse 2-0, y en la siguiente acción el submarino amarillo empataba el partido. Otro error de interpretación del colegiado, no corregido sorprendentemente por el VAR, que influyo de manera directa en el desarrollo del partido.

Porque eso es lo que más sorprende en la Real. Se entiende que el colegiado no aprecie una jugada en cuestión, pero luego es que el VAR no entra para asistirle. Entonces, ¿para qué está? En el club realista siguen más que sorprendidos por la ausencia del VAR en Vitoria. No entienden cómo no se llamó desde la sala VOR a Del Cerro Grande para que al menos fuera a revisarla en el televisor a pide campo. Porque es un empujón tan claro, y sin ninguna intención de jugar el balón, de Laguardia a Isak, que es impensable que no se pueda pitar penalti en esa acción. Pocos penaltis habrán sido tan claros esta temporada. El error de Del Cerro Grande es tan claro que en la Real, muy indignados, decidieron quejarse a través de las redes sociales, algo que nunca suelen hacer. “Penalti y expulsión”, pusieron después del partido con el vídeo de la polémica acción. Pero el enfado fue en aumento cuando se vio cómo sí se pitaba pena máxima en la segunda parte en una acción mucho más gris entre Zubeldia y De la Fuente. Del Cerro Grande no dudó en señalar un penalti más que riguroso. Conclusión: la labor arbitral influyó de manera directa en el desarrollo del partido y el resultado final. Porque el capitán del Alaves no tenía que haber acabado el partido (en la segunda parte le sacaron una tarjeta amarilla) y le birlaron a la Real la posibilidad de irse 0-2 al descanso. Tan claro lo ven en el club que hasta a Imanol Alguacil, que nunca habla de los árbitros, no le quedó más remedio que admitir la evidencia. “Tú lo has dicho, un penalti es claro, el otro riguroso. Pero ya está, los árbitros, como los entrenadores y los jugadores, también se equivocan”. Se puede decir más alto, pero no más claro.