La Nochevieja más redonda en la historia del Espanyol

La de este 2021 ante el Valencia en Mestalla –cuarto contra séptimo clasificados históricos de LaLiga– será la novena ocasión en que el Espanyol despida un año en el terreno de juego. Disputando un partido oficial el 31 de diciembre. Siete veces ocurrió en Primera, una en la Copa de España. No se le dio mal del todo en el pasado, con cuatro triunfos, un empate y tres derrotas. Pero disfrutaron los pericos de una Nochevieja especialmente feliz. La de 1950.

Espanyol

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Por segunda vez en su historia, tras la de 1933 –después se repetiría en 1983 y 1988–, quería el calendario que el Espanyol jugara en el último dia del año contra el Real Madrid. En Sarrià. A las tres y media de la tarde, con tiempo suficiente para digerir el resultado y engalanarse antes de las uvas. Las que seguramente se tuvo que tomar en Barcelona el presidente blanco, Santiago Bernabéu, presente en el palco… Si es que no se le indigestaron. Porque los blanquiazules premiaron a su afición con un legendario 7-1, tan incontestable que se llegó al descanso con un irremontable 5-0 para los de Juan José Nogués, ex del Barcelona y del Nàstic de Tarragona, que ese 1950 había sustituido a Patricio Caicedo. Su homólogo en el Madrid era el experico Baltasar Albéniz, segundo entrenador en una temporada de tres inquilinos, tras Alexander Keeping y antes de Héctor Pedro Scarone.

Para añadirle épica al asunto, el imprescindible José Parra –en el cierre al año del mítico Mundial de Brasil– y el valioso Rafael Grau, por parte local, y el encomiable goleador Manuel Joaquín Fernández ‘Pahiño’ entre los visitantes, causaban baja a causa de sendas lesiones para una cita que llega precedida por partidos de los equipos de baloncesto y ‘amateur’ del Espanyol, en una de esas clásicas jornadas económicas en que los clubes tradicionalmente hacían (o hacen, en algunos casos) caja incluso con sus abonados, con el reclamo de uno de sus rivales más atractivos.

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Todas las gestas tienen un héroe, y la de la Nochevieja de hace 71 años para el Espanyol no fue menos. Francisco Javier Marcet, a sus 22 años, exhibió su visión de juego y físico para endosarle un ‘hat-trick’ a Juan Alonso. “Jugando como lo hizo contra el Real Madrid, si procediese de un país inasequible y tuviese un apellido extranjero, sería la admiración de nuestros snobistas”, escribía sobre el cerebro perico Santiago García en La Vanguardia. “El Espanyol tuvo un primer tiempo realmente formidable”, añadía Mencheta en el ABC. Y lo confirmaba El Mundo Deportivo: “Un primer tiempo primoroso, de juego perfecto”.

También destacaban las crónicas, publicadas lógicamente ya en 1951, que estuvo extraordinariamente lenta e imprecisa la defensa del Madrid, que solo Marcet y Miguel Muñoz le dieron cierto ritmo al encuentro en la segunda mitad –con otros dos goles pericos y el de la vergüenza, de penalti, de Luis Molowny casi con el tiempo cumplido– y que el árbitro, Daniel María Zariquiegui Izco, cometió algunos fallos. “Los errores del árbitro se han multiplicado por tres desde que los jueces de línea tienen voz y voto”, sostenía el histórico periodista Santiago García, como quien opina hoy sobre el VAR.

Real Madrid

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La victoria no sacó de ‘pobre’ al Espanyol, que había llegado al compromiso en zona de promoción de descenso –decimotercero de 16 equipos– y que acabó decimoprimero, ni varió en demasía la anodina campaña de un Real Madrid que llegó noveno y terminó igualmente noveno, y que hasta tres temporadas más tarde no volvería a saborear un título grande, presagio de una época dorada.

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Espanyol 7: Trías; Argilés, Casas, Soto; Flotats, Celma; Arcas, Piquín, Calvo, Marcet y Egea.

Real Madrid 1: Alonso; Pont, Hon, Oliva; Montalvo Luciano; Navarro, Muñoz, Pachichu, Molowny y Cabrera.

Goles: 1-0 (15’) Arcas. 2-0 (27’) Marcet. 3-0 (32’) Montalvo, propia meta. 4-0 (37’) Egea. 5-0 (40’) Marcet. 6-0 (82’) Piquín. 7-0 (85’) Marcet. 7-1 (88’) Molowny, de penalti.

Árbitro: Zariquiegui Izco.

Estadio: Sarrià.

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