Calleja sabe desde el miércoles que no seguirá en el Alavés
El hecho de despedirle en descenso en enero supone un ahorro a la hora de finiquitar el compromiso. Mendilibar será su sustituto al frente del Glorioso.
Javi Calleja desembarcó en el Alavés en la recta final de la temporada pasada. El equipo estaba en cifras preocupantes tras el paso por el banquillo de Pablo Machín y del Pitu Abelardo. Salvó al conjunto vasco, dejó muy buenas sensaciones futbolísticas y el Consejo de Administración decidió renovarle para dos temporadas más, algo muy poco habitual en los equipos del propietario, Josean Querejeta. Las cosas en Vitoria se revisan casi siempre año a año.
En la presente campaña tuvo un inicio muy titubeante, una fase fabulosa en la que sumó diez de los doce puntos en juego de manera consecutiva pero, de nuevo, ha caído en barrena. Derrotas ligueras contra el Celta, Granada, Rayo y Villarreal (5-2) y eliminación copera en el campo de Linarejos ante un rival de Primera Federación, el Linares Deportivo. Siempre buenas palabras e intenciones pero malos resultados a fin de cuentas, que es lo que acaba condenando a los entrenadores de los equipos en cualquier deporte. El miércoles, horas después del choque en Castellón, le comunicaron que estaba cesado.
Calleja ha dirigido desde el banquillo al Alavés en veinte duelos esta campaña. Dos son coperos (victoria con el Unami de Segovia y derrota en Linares) y 18 en liga. Ahí ha conseguido cuatro victorias (Atlético de Madrid, Cádiz, Levante y Elche), tres empates (Barcelona, Sevilla y Getafe) y once derrotas (ante todos los demás equipos de LaLiga salvo el de la Real Sociedad que todavía está pendiente de disputa el domingo 2 de enero en Mendizorroza). El balance es muy pobre y le relega a la zona de descenso, empatado con el Getafe y el Elche, con apenas 15 puntos. La proyección al final de la temporada es sinónimo de descenso a Segunda división.
Si no fue cortado oficialmente nada más terminar el partido contra el Villarreal es porque hay que indemnizarle hasta junio de 2023. A él y a todo su staff técnico, que son multitud. Pero ojo: hay una cláusula en el contrato por la cual si el equipo está en enero en descenso y el técnico es despedido, la entidad se ahorra un dinero importante. También es posible que los abogados de Calleja no lo vean así y el tema vuelva a terminar en los juzgados como ya ocurrió con Mauricio Pellegrino o Asier Garitano. En juicio o en pacto pero, en el fondo, a poner en marcha el departamento de abogados del club. El equipo regresa a los entrenamientos el día 27 de diciembre, lunes. Los primeros compromisos son ante la Real y el Athletic en Mendizorroza. Después de celebrarse el año del Centenario, un descenso sería algo terrible para la entidad.
José Luis Mendilibar ha sido siempre un hombre que ha agradado en Vitoria. Su carácter y personalidad le encantan al propietario del Alavés pero siempre estaba comprometido con el proyecto del Eibar. Una vez descendió, se quedó en el paro. Parece que el técnico ve con buenos ojos desembarcar en Mendizorroza. Es cierto que no tendrá en Vitoria el mismo poder que en la ciudad armera, pero es lo que hay. El mando se lo tendrá que ir ganando con buenos resultados y un trabajo convincente. El director deportivo albiazul, Sergio Fernández, le conoce de la época de ambos en la Sociedad Deportiva Eibar. La entente parece fácil de conseguir.
La incógnita ahora es conocer quién dirigirá la sesión del lunes 27 de diciembre. Si se quiere posponer el comunicado al 1 de enero, se perderán varios días. A no ser que se haga antes y Mendilibar, o el que sea, se ponga al frente de la nave. También existe la posibilidad de que lo haga algún entrenador del club de forma interina y durante unos pocos días. Pero sería perder el tiempo y condenarse ante un equipo del nivel de la Real Sociedad. Será curioso comprobar cómo transcurre la primera sesión de trabajo después de las Navidades.