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REAL SOCIEDAD

Oyarzabal pidió perdón en privado y después públicamente

“El primero que sabe que se ha equivocado soy yo. Toca asumirlo y aprender de ello”, señaló en sus redes sociales.

San Sebastián
Oyarzabal ve la tarjeta roja durante el partido contra el Villarreal.
Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

Mikel Oyarzabal está pasando una de las resacas tras un partido más duras de su carrera deportiva. Porque el capitán de la Real Sociedad vio contra el Villarreal la primera tarjeta roja de su carrera deportiva en la élite. Y el eibarrés es consciente de que gran parte de la derrota de los realistas contra el ‘submarino amarillo’ empezó a gestarse a partir de esa acción en la que se equivoca porque entra muy a destiempo y de forma muy fea a Yeremy Pino. Se siente culpable, porque entiende que perjudicó a sus compañeros al obligarles a jugar con diez jugadores durante toda la segunda parte contra un gran rival como el Villarreal. Por esa razón, pidió perdón en privado y también públicamente. Por partida doble.

Ya cuando se marchaba del terreno de juego, Oyarzabal lo hacía cabizbajo y con cara de circunstancias, sabedor de que se había equivocado. Tan afectado lo vieron sus compañeros que no duraron en acercarse para animarle y levantarle su tocada moral. Hasta los mismos rivales le hicieron alguna carantoña, algo sintomático de cómo se ve al eibarrés en el mundo del fútbol, un jugador que es como un señor y al que todos le tienen mucho aprecio. Siempre respetuoso con todo el mundo, recoge lo que siembra, que es el cariño y reconocimiento de sus compañeros de profesión. Cuentan que Oyarzabal sufrió mucho desde el vestuario toda la segunda parte y que se quedó muy tocado cuando vio que, al menos, su equipo no era capaz de empatar el partido y aguantar el resultado con el que se fue del terreno de juego de forma obligada.

Pero lo que mejor tiene el eibarrés es su deportividad, capacidad para encajar sus errores y autocrítica. Porque en ningún momento protestó su acción, asumió su error sin dudarlo y ya piensa en cómo no repetir su fallo. No es un jugador agresivo Oyarzabal porque es su primera expulsión en su carrera deportiva, un futbolista para nada agresivo, porque apenas ve una media de cuatro amarillas por temporada. Por esa razón, al terminar el partido, en el vestuario del Reale Arena, se puso delante de sus compañeros y les pidió disculpas por su acción y por perjudicarles sin querer en el partido. Y después, ya en frio, utilizando sus redes sociales, hizo lo mismo públicamente, acompañado de una foto del momento de su expulsión animando por Le Normand y Zaldua. “Soy el primero que sé que hoy me he equivocado y toca asumirlo y aprender de ello”, fue el mensaje que lanzó el capitán realista. Rápidamente, los mensajes de ánimos de compañeros de equipo, de selección, de rivales y aficionados no se hicieron esperar.