Bono y Oblak, espinas cruzadas
Con 21 años, el esloveno perdió la final de la Europa League en la tanda contra el Sevilla. El marroquí, que no llegó a debutar nunca con el Atlético, quiere sucederle en el Zamora.
Jan Oblak se recuperó y podrá así mantener una batalla de porteros estelares con Yassine Bono este sábado en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El guardameta del Sevilla es actualmente el menos goleado del campeonato, con apenas ocho goles recibidos en las 14 jornadas que disputó. Se perdió dos, en el inicio de LaLiga contra el Rayo y ante el Levante, y también se ausentará a varios encuentros más con seguridad en enero por la Copa África, con lo que pone en riesgo un hipotético Zamora. Debe sumar al menos 28 partidos (60 minutos mínimo en cada uno de ellos) para aspirar al galardón.
Oblak volvió a ganar el premio de portero menos goleado la pasada campaña, la quinta vez que lo conseguía en los seis últimos años. Pero el esloveno tiene ya muy difícil repetir esta temporada, en buena parte por los evidentes y desconocidos problemas defensivos del Atlético. 18 goles en 16 encuentros ha recibido el meta rojiblanco. Suma cinco porterías a cero por ocho de Bono, estadística que convierte al marroquí en uno de los mejores de las cinco grandes Ligas europeas en este aspecto.
Se da la circunstancia de que Bono y Oblak se conocen bien porque compartieron portería en el Atlético durante tres veranos desde 2014 a 2016. El ahora sevillista llegó a la cantera colchonera en 2012 pero nunca logró debutar con Simeone, aunque sí entró en una decena de convocatorias del primer equipo entre Liga y Copa del Rey. No haber jugado un solo minuto con el Cholo seguro que le espoleó para una carrera posterior que se ha relanzado en la treintena, al convertirse en indiscutible para el club de Nervión.
Oblak desembarcó en el Vicente Calderón muy joven, con apenas 21 años, justo después precisamente de haber jugado una final de la Europa League contra el Sevilla, que el Benfica perdió en los penaltis sin ninguna parada del guardameta de Skofja Loka. Aquella es una espina de juventud que nunca se olvida, pero que seguro Jan alivia cada vez que logra dejar su meta a cero ante el equipo de Nervión. Y eso lo ha logrado en cuatro ocasiones.