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BARCELONA

Gavi, en diagonal

El palaciego, interior desde siempre, ha pasado de jugar de extremo derecho en Kiev a carrilero izquierdo en Pamplona. Luis Enrique es el único que ha respetado su posición.

Gavi, en El Sadar.
Gavi, en El Sadar.ANDER GILLENEAAFP

La demostración de personalidad de Gavi en sus 20 primeros partidos oficiales como jugador profesional, 16 con el Barça y cuatro con la Selección, permite pensar que, a sus 17 años y cuatro meses, el chico de Los Palacios y Villafranca ha llegado para quedarse. Lo que más ha impresionado de Gavi, además de su carácter y su talento innato, que le permite imaginarse pases como el que se inventó a Nico en Pamplona, es su disciplina táctica.

Esa cualidad le ha permitido jugar como interior derecho en un 4-2-3-1 con Koeman, como falso extremo derecho con Sergi en Kiev o Vigo, y como carrilero izquierdo ante Osasuna, donde se pegó una paliza para cubrir la espalda de Umtiti y, cada vez que el Barça tenía el balón, volver a recuperar su posición en ataque y hasta hacer peligro. Todo ello, con una capacidad para competir en cada duelo que impresiona a su edad. Como dijo Luis Enrique después de su debut en la Nations League con la Selección, un caso especial y un jugador privilegiado. Todo un carácter, dispuesto a pelearse con todos y con aversión a la derrota.

El seleccionador es el único que ha respetado en sus cuatro partidos con España (Francia, Italia, Grecia y Suecia) su posición natural, la de interior. Porque Gavi corre un par de peligros en su primea aparición en el fútbol profesional. Su comprensión del juego de posición y su capacidad de adaptación le permite colocarse casi en todos los números del 4-3-3 o el 3-4-3 del Barça, pero su fútbol real se desarrolla en el centro del campo, no en el extremo ni en el lateral. Es algo que deberían considerar los entrenadores porque en el Barcelona hay un ejemplo cercano. Sergi Roberto, que era un tiro en el filial como interior y en el primer equipo acabó reconvertido en lateral derecho y hasta jugó en la izquierda por necesidades del guión. Su respeto a los compañeros y obediencia a los técnicos ha terminado por volverse contra él. Gavi hace todo bien, pero jugar en diagonal, un día de extremo derecho y otro de lateral izquierdo, puede resultar nocivo ahora que todavía está terminando de conocer los secretos del juego. Es un asunto que deberá vigilar seriamente Xavi.