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ATLÉTICO DE MADRID

La zona Griezmann

El francés, máximo goleador de la historia del Atlético en la competición europea, sumó cuatro goles de los siete en fase de grupos. Asistió a Correa y rozó su doblete.

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La zona Griezmann

Antoine Griezmann afila sus colmillos en Champions. El francés es el hombre de confianza de Simeone, se lo ganó en su primera etapa y en esta segunda nada ha cambiado. Su doblete en cuartos al Barça, el gol que sirvió para meterse en la final y dejar en la cuneta al Bayern, la victoria en cuartos ante el Leicester, un penalti de esperanza en semifinales al Real Madrid… Así hasta un total de 21 tantos que había sellado el delantero en la retina del aficionado rojiblanco en la máxima competición europea y a los que ha sumado un gol fundamental en Milán, un doblete al Liverpool y la picardía ante el Oporto que le vuelven a ensalzar como hombre clave.

El máximo goleador de la historia del club en el torneo (en Europa League también dejó buena cuenta de su afinidad con la portería con doblete en la final ante el Marsella incluido) se convirtió en la figura del Atlético en la fase de grupos, consiguiendo cuatro de los siete goles del equipo y asistiendo a Correa en el 0-2 de la sentencia en Oporto. También estuvo a punto de hacer el tercero, pero su remate lo salvó Oliveira en la línea y lo remachó De Paul en su estreno de colchonero.

Todo ello teniendo en cuenta que Griezmann fue baja en Anfield por la roja que había visto en el 2-3 del Wanda Metropolitano, cuando su expulsión acabó con la gran remontada rojiblanca. El Cholo luchó hasta el último día de mercado por su vuelta y el francés se lo está devolviendo con goles… y con un esfuerzo innegociable. Ese que le llevó a situarse como carrilero izquierdo por la roja de Carrasco, un soldado en defensa sin ahorrarse una carrera ni un esfuerzo y que le devolvió a la delantera sacrificando antes a un Cunha que ya había salido desde el banquillo por la lesión de Suárez. Y el plan le salió bien a Simeone, ya que Griezmann acabó participando también en los dos últimos goles, con un desmarque en profundidad y asistencia precisa para Correa, que definió de maravilla, y la llegada desde segunda línea en el tanto que acabó convirtiendo De Paul.

El primero se había fraguado a balón parado, volviendo a ser el más listo de la clase para empujar el balón a la red en el segundo palo tras un esférico peinado por un propio jugador del Oporto. El francés ha ido convenciendo a los más reticentes de su vuelta con rendimiento y sudor, tratando de recuperar ese nivel que le llevó a acabar dos veces como Balón de Bronce en su primera etapa de atlético. Y ante sí tiene un gran reto por delante. Para volver a ser el que fue, Griezmann sabe que su papel fundamental pasa por ser determinante de cara a puerta en los momentos claves. Algo que le llevó a ser el máximo goleador del equipo en cada una de sus cinco temporadas antes de marcharse al Barcelona en un objetivo que quiere volver a llevar a cabo.

Por el momento, ha ido recortando a Suárez hasta ponerse a un solo gol del uruguayo, que se marchó de Oporto lesionado. El uruguayo suma siete goles en Liga y uno en Champions, por los tres de Griezmann en la competición doméstica y cuatro en Europa. Al ‘8’ todavía le está faltando esa capacidad para aparecer entre líneas y tener más contacto con el balón desde la mediapunta, pero en la noche donde el equipo se jugaba buena parte de la temporada y de su sostén económico volvió a emerger como salvavidas para una victoria que vale oro. Oblak en la portería y Griezmann en la delantera, como en los viejos tiempos.

"Es un orgullo para mí haber vuelto, estoy disfrutando mucho”, declaraba el propio delantero a la finalización del encuentro después de recoger el premio como MVP de la UEFA. En el Atlético siempre fue feliz, y hay cosas en la vida que es mejor no cambiarlas. Si el Cholo se refería en el final de LaLiga pasada a la 'zona Suárez', el momento crucial en el que siempre aparece el uruguayo, en Champions tiene su propia 'zona Griezmann'. Un tesoro en su delantero de confianza, que dispuesto a devolverle cada pizca de apoyo a base de noches de gloria.