El trauma de Ancelotti
En la 2014-15, el equipo iba lanzado tras 16 jornadas, como ahora. Pero acabó sin grandes títulos y viendo un triplete del eterno rival. El técnico corta el triunfalismo.
El Real Madrid se llevó el triunfo y los tres puntos de Anoeta contra la Real Sociedad en un ejercicio de solvencia, en ataque y en defensa: 0-2 con goles de Vinicius y Jovic y otros tres puntos para los blancos, que suman 39 de 48 posibles y que se destacan en la cabeza de LaLiga, ocho puntos por encima del Sevilla, nueve por encima del Betis, a diez de Atleti y Real Sociedad y a 16 del Barcelona, nada menos. Sin embargo, tras el partido Carlo Ancelotti se afanó ante los medios de comunicación en rebajar la euforia y recordar que sólo había sido un buen día (habían perdido Atlético y Barcelona, además de la propia Real Sociedad), pero que todo puede cambiar en un momento.
"Estamos bien, pero la Liga sigue. Tenemos que mirar adelante, a los próximos partidos. Tenemos que seguir. Lo estamos haciendo bien, era un partido difícil, en un campo difícil ante un rival fuerte. Y lo hicimos bien. Somos sólidos, tenemos continuidad en los resultados. Es un buen día, pero la Liga sigue. Hay equipos que compiten mucho, que luchan mucho, ganar es complicado. Es demasiado pronto para pensar en el título, espero que nadie lo piense. Cada partido es una lucha, tenemos que ser listos en los partidos que van a llegar pronto. Si leo un titular que diga "Victoria de campeón", me parecerá exagerado, es una victoria de un equipo que lucha por ganar, que lo está haciendo bien. Conozco el fútbol, en tres días puede cambiar todo", explicó el italiano.
Sabe de lo que habla Carletto, pues en su primera etapa con el Real Madrid hay un trauma que ahora le hace ser cauto y cortar de raíz el triunfalismo que pueda percibir. Fue en la temporada 2014-15, la segunda para él tras aquel curso 2013-14 que finalizó con una Copa del Rey y con la Champions League de Lisboa ante el Atleti. El Madrid arrancó ganando la Supercopa de Europa, aunque perdió la de España ante el Atleti y atravesó algunas turbulencias, pero terminó asentando un equipo en 4-4-2, con Isco y James en los interiores y Cristiano y Benzema en punta, y arrancó una racha de 22 victorias, récord en el club blanco y una de las mejores marcas del fútbol europeo (el récord lo tiene el Ajax, con 26).
Hasta la jornada 17 de Liga, en que le tocó al Madrid visitar Valencia. Aquel día todo salió mal: se adelantó, pero vio cómo le remontaban; Bale falló goles claros y fue sustituido, tras lo cual corrió a quejarse a su agente, que a su vez trasladó esas quejas al club; y fue el inicio del fin de aquella temporada para el Madrid. Antes de ese duelo, marchaba primero con cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona y siete sobre el Atlético. Mantuvo esos cuatro puntos respecto a los culés, pues cayeron en Anoeta en la misma jornada, pero las sensaciones cambiaron radicalmente desde aquel día.
Ancelotti, de Ferguson a cesado
Tanto que un equipo que marchaba lanzado a por un hipotético triplete que el curso anterior se le había escapado por poco terminó desdibujado, sin ningún título de gran nivel (sólo ganó la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, ambos por méritos logrados el curso anterior) y viendo cómo el Barcelona, que rozó la destitución de Luis Enrique tras aquel partido de Anoeta, cerraba el curso llevándose ese ansiado triplete, tras vencer a la Juventus en Berlín. Ancelotti, que iba camino de asentarse como un Ferguson a la madrileña, fue cesado y el Madrid tiró de Rafa Benítez, un error que subsanaría meses después relevándole por Zidane, el segundo de Ancelotti en la 2013-14 y un técnico de un perfil parecidísimo al del italiano. Todo aquello pasó en la jornada 17 de aquel curso 2014-15 en Mestalla, la misma jornada que se disputará el próximo fin de semana.
Eso sí, Ancelotti sabe que la euforia que se vive a día de hoy no será nada en comparación con la que puede llegar si el Madrid logra imponerse en el derbi del próximo domingo ante el Atleti; si eso pasa, la ventaja blanca respecto al principal rival por el campeonato doméstico, con permiso de Sevilla, Betis y Real Sociedad y ante la notoria ausencia del Barcelona en la lucha, será de 13 puntos, con el Atleti pendiente de recuperar un partido, con lo que podría recortar hasta los diez. Mientras, Carletto achica el triunfalismo del navío blanco. Porque el diablo sabe más por viejo que por diablo, y Ancelotti lleva mucho tiempo en este negocio.