Brasil manda en el Madrid
Ancelotti establece su once tipo con cuatro brasileños. Casemiro y Militao, que se exhibió en Anoeta, los grandes recuperadores. Vinicius suma y sigue: 12 goles.
El Real Madrid dio un golpe encima de la mesa con un triunfo contundente en Anoeta ante la Real Sociedad en el que Carlo Ancelotti dejó claro que ya tiene un once tipo: Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Modric, Kroos; Rodrygo, Benzema y Vinicius. Un once con superpoblación brasileña, cuatro nada menos, superior a cualquier otra nacionalidad: un belga, un español, dos franceses, un austriaco, un croata y un alemán.
Y es que Brasil manda en este Madrid que va lanzado a por la Liga: tras disputar 16 jornadas (lleva un partido más que muchos de sus competidores), suma 39 puntos de 48 posibles, con 37 goles a favor y 15 en contra, y aventaja en ocho puntos al Sevilla, en nueve al Betis, en diez a Atleti y Real Sociedad y en 16 al Barcelona. Ancelotti quiere frenar la euforia, pero la realidad es que si el Madrid no comete demasiados errores en la segunda vuelta, tiene media Liga en el bolsillo. Y no digamos ya si se impone en el derbi del próximo domingo ante el Atleti, al que podría dejar a 13 puntos (con un partido más, eso sí).
Militao y Casemiro, un seguro atrás
La aportación de los brasileños en los éxitos momentáneos del Madrid es insoslayable. Empezando por la participación: Militao es el jugador de campo más utilizado por Ancelotti, Vinicius el tercero y Casemiro el quinto. Rodrygo anda más desenganchado, pero sus decisiones recientes Carletto ha dejado claro que, si está sano, es su hombre para la banda derecha.
Ancelotti ha construido la casa desde los cimientos, basándose en la dupla Militao-Alaba en el centro de la zaga para hacer olvidar a Varane y Ramos, tras muchos años de éxitos de ambos de blanco. El partido del ex del Oporto en Anoeta brilló especialmente: ganó 9 duelos de 13, se llevó el balón en 4 de 5 entradas, hizo 10 despejes (récord del equipo este curso, en cualquier competición) y recuperó siete balones.
De hecho, Casemiro y Militao son los dos mejores recuperadores del Madrid (Courtois aparte): el primero lleva 106, el segundo 79. El central es también el tercero que más balones intercepta de LaLiga (28), mientras que Casemiro es el segundo que más entradas hace (48) y también el segundo que más sale vencedor de esa situación (28). Entre ambos y con Alaba, el Madrid va ganando solvencia defensiva: ha logrado encadenar dos partidos sin encajar por primera vez esta temporada. En Anoeta, la Real no remató entre los tres palos, Courtois fue un espectador.
Rodrygo y Vinicius, esfuerzo y goles
Luego está el ataque, donde Rodrygo le ha ganado la partida a Asensio (y por supuesto, a Bale y a Hazard) con su excelente trabajo defensivo (8 recuperaciones y 6 duelos ganados de 13 ante la Real) y también ofensivo, como extremo puro junto a la cal. Las estadísticas de momento no le terminan de acompañar, con dos goles y dos asistencias (Asensio lleva cuatro y dos), pero a Carletto le gusta el trabajo silencioso que hace en favor de sus compañeros de ataque.
Compañeros como Vinicius, que en Anoeta se vistió de ariete en ausencia del lesionado Benzema, mezclando muy bien con Jovic. Anotó el 0-1 con un sutil toque, tras asistencia perfecta del serbio, y pudo marcar varios más. Disparó cuatro veces a portería, otra fuera de los tres palos, y en los minutos finales tuvo un mano a mano que pudo valerle un doblete, pero Remiro le cerró la puerta. Con todo, se marchó de Donosti facturando y sus cifras hablan por sí solas: 12 goles y 7 asistencias en 1.706 minutos; marca un gol cada 142' y participa en uno cada 90. Empezó la campaña de suplente, superado por Hazard en la izquierda, pero ha volteado la situación del todo: lleva 19 titularidades consecutivas.
El pleno de brasileños lo podría formar Marcelo, pero el lateral izquierdo sabe que Mendy es el titular indiscutible e incluso que, en su ausencia, Carletto no lo tiene claro entre el '12' y Miguel Gutiérrez. Aunque le queda a Marcelo el consuelo de ser el primer capitán blanco, un honor que rara vez puede lucir en el césped, pero que se llevará en su currículo tras 15 temporadas y media en el Real Madrid.