SELECCIÓN FEMENINA
"Aún jugaba con los chicos cuando me llamó la Selección"
Teresa Abelleira (2000, Pontevedra) es una de las jugadoras con más proyección del fútbol español. Vuelve a La Roja tras estar lesionada. La gallega, proveniente de familia futbolera, es una de las grandes apuestas del Real Madrid.
Vuelve a una lista tras la lesión, ¿cómo se encuentra? ¿Hubo miedo de no volver a ser convocada?
Estoy muy contenta, estuve dos meses lesionada y fue una sorpresa esta nueva llamada. Miedo no es la palabra, soy consciente de la competencia que hay. Aprovecho cada oportunidad que me dan y ojalá siga formando parte de estas listas.
Con sólo 21 años comparte vestuario con las mejores de España. ¿Alguna le llamó en especial la atención?
No es fácil destacar solo a una. Ya las seguía cuando no venía a la Selección. Si ya las ves buenas desde fuera, desde dentro ni te cuento. Lo que más me sorprendió es la calidad humana.
¿Cómo se define en el campo? ¿Cómo sientan los elogios de Vilda?
Leo bien el juego, tengo una buena asociación con mis compañeras. Me gusta ese tipo de juego. Lo agradezco, pero siempre tengo la cabeza en la tierra. Son halagos, pero siempre mi cabeza piensa que se puede mejorar.
¿Cómo fueron los momentos de lesión?
Cuando vine de verano empecé muy bien en el club. Es verdad que la lesión me trastocó, pero voy cogiendo mejores sensaciones.
Nunca había tenido una lesión, aprendes a valorar todo. En el equipo estoy apoyada por varias compañeras, estoy en Madrid con mi pareja, tengo a mi hermana y mis sobrinas cerca.
Era muy joven y le llegó la llamada del Real Madrid...
Me pilló en la cuarentena, fue un poco raro. Tuve que tomar la decisión en un momento un poco... y pensar en estar lejos de casa. Pero no tuve dudas. El Madrid es un club ganador, había que afrontar nuevos retos.
Viene de una familia futbolera...
Mi padre fue entrenador en el fútbol semiprofesional, estuvo en el Celta B, en el Pontevedra, en la Cultural... y mi hermano también jugaba, me pasaba el día de campo en campo. Hacía muchos deportes, pero fue lo que más mamé. Fue una apuesta por los dos. Mi hermano jugaba en el Celta, llegó a ir con la Selección. Pero tuvo muy mala suerte. Siempre lo he dicho, es de los mejores jugadores que he visto. El fútbol profesional masculino es más complicado. Si tienes mala suerte, no llegas.
¿Su hermano estuvo cerca de fichar por el Madrid?
Hubo interés, no recuerdo si llegó a hacer las pruebas. Yo era muy pequeña. Las del Villarreal sí me acuerdo de que las hizo.
¿Cómo lo llevó su familia?
Siempre me han apoyado. Empecé en un club, en Pontevedra. En la agrupación deportiva. Desde los cinco años jugué con chicos hasta los 16 años. Siempre me trataron genial, no tuve ningún problema.
¿Y luego?
Me voy al Deportivo, estuve cuatro años. Apostaron mucho por mí, dentro de la apuesta que hicieron en el club por jugadoras gallegas. Los dos primeros años estuve en una residencia. Estuve sola, mi familia estaba en Pontevedra. La gente me trató muy bien. Ascendimos y esa temporada me llamó el Madrid.
Desde muy pequeña fue llamada por España...
La primera llamada estaba todavía en Pontevedra, fue con la Sub-16, aún estaba con los chicos. Parece raro, pero, aunque seamos una familia futbolera no somos de hablar tanto de fútbol. A la gente le extraña. No son los típicos padres que están machacando, o diciendo todo a su hija. Será de formación profesional. Son más de observar, si necesito algún consejo se lo pido.
Ahora sois varias las que habéis llegado a la absoluta...
Laia, Nerea, Athenea... todavía no nos lo creemos. Cuando estábamos en las inferiores soñábamos con llegar a la absoluta. Es alucinante.
¿Cómo vivió el primer Mundial de España en Canadá?
Me acuerdo de que los partidos eran tarde, veía los partidos. Soñaba con estar ahí, pero no me lo podía imaginar. Lo veía lejos
¿Y la Eurocopa del próximo verano?
La veo cerca porque estoy viviendo los clasificatorios, pero soy consciente de la competencia que hay.