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REAL MADRID

Bale-Madrid: divorcio total

Las declaraciones atacando a la afición blanca del agente del galés, Jonathan Barnett, causan indignación, aunque el club guarda silencio y espera al final del contrato.

Madrid
Bale, con el Real Madrid.
Bale, con el Real Madrid.ALBERTO IRANZO

El divorcio entre el Real Madrid y Gareth Bale es total, y ha llegado a un punto en el que se ha vuelto irreversible. Las declaraciones de su agente, Jonathan Barnett, cabeza visible de la potente agencia Stellar Group, en contra de la afición blanca han sido la chispa que ha avivado el enésimo incendio en torno al galés: "Es irrelevante, no me importa lo que piensen los aficionados del Real Madrid. ¿Por qué debería preocuparme? Han sido repugnantes con Bale, se han portado mal con él".

El comunicado de la Federación de Peñas de la Comunidad de Madrid es sólo la punta del iceberg de la indignación que las palabras de Barnett han provocado entre el madridismo. Llegan estas palabras, además, en un momento inoportuno para la credibilidad de Bale entre la afición, después de marcharse con su selección para intentar sacar billete para el Mundial de Qatar, cosa que no consiguió, pese a que salía de una lesión y no había disputado minutos con el Madrid; para colmo, regresó lesionado de Gales y no se espera su regreso antes de mediados de diciembre, incluso podría retrasarse hasta que empiece 2022.

La priorización que Bale hace de su selección, pese a que es el Madrid quien abona su salario, irrita a la hinchada blanca, un fenómeno que amenaza con repetirse en marzo, con la celebración de la repesca europea para acudir al Mundial: Gales se medirá con Austria primero y, si vence, al ganador del Escocia-Ucrania; el vencedor final del cuadrangular estará en Qatar 2022. Habrá que ver en qué estado llega Bale y en qué punto se encuentra su reputación en Madrid.

Bale no preocupa al Madrid

Ahora mismo, no puede cotizar más a la baja. Aquel suceso de la pancarta en Gales, con un mensaje ("Gales. Golf. Madrid. En ese orden") que se mofaba de las prioridades del extremo, entre las cuales su club estaba por debajo de la selección y de su afición por el deporte de los 18 hoyos, ya causó un enfado importante entre el madridismo. Ese curso 2019-20 se quedó en el Madrid de casualidad, durante el verano previo Zidane expresó claramente sus deseos de que saliese, que se cumplieron en la campaña siguiente, con una cesión en el Tottenham irregular, pero fructífera: marcó 16 goles y dio tres asistencias en sólo 1.667 minutos.

No fue suficiente como para que algún equipo se interesase en él para este curso y la salida de Zidane espoleó al galés para intentar hacer una buena temporada final en el Madrid, a las órdenes de un Ancelotti con el que tuvo sus desencuentros, pero que también sacó de él un nivel notable entre 2013 y 2015. Pero las lesiones han vuelto a aparecer: apenas ha disputado 193 minutos, no juega de blanco desde el 28 de agosto.

No pocas voces han reclamado al Real Madrid una reacción institucional tras las declaraciones de Barnett, pero en el club mantienen el silencio y la calma, pues saben que el camino de Bale de blanco tiene fecha de caducidad: el 30 de junio de 2022. Ese día finaliza su contrato, que no renovará y gracias a lo cual el Madrid liberará 30 millones de euros de su masa salarial. En el club ignoran las polémicas en torno a un jugador en la rampa de salida.