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REAL ZARAGOZA

La Romareda, campo abierto

El Real Zaragoza sólo ha sumado 9 de 27 puntos en casa, el cuarto peor local de la categoría, y se ha quedado hasta en cinco partidos sin marcar en su estadio.

Zaragoza
Nano Mesa, Eguaras y Francho reflejan el peso de la derrota frente al Leganés.
ALFONSO REYES

Lejos de convertirse en un fortín, La Romareda es un campo abierto, en el que el Real Zaragoza no consigue imponer su ley. Esa debilidad como local es casi una constante en este largo periodo en Segunda División, pero esta temporada se ha acentuado, si cabe, un poco más. Y es que el equipo aragonés sólo ha sumado nueve de 27 puntos posibles en su estadio y, además, se ha quedado hasta en cinco de esos nueve partidos sin marcar, un dato extraordinariamente revelador y que refleja a la perfección un problema de primer orden al que no se logra dar solución.

De estos nueve primeros partidos en La Romareda, el Zaragoza sólo ha ganado uno, al Sporting de Gijón, y ha perdido con el Cartagena (0-1) y el Leganés (0-2), además de empatar con el Ibiza, el Oviedo, el Huesca, la Ponferradina y el Mirandés. Y eso se traduce en que el equipo de Juan Ignacio Martínez es el cuarto peor local de la categoría, empatado con el Amorebieta y sólo por detrás del Alcorcón (5 puntos), Real Sociedad B (6) y Leganés (7). Unos números que ha podido enmendar fuera de casa para situarse en la mitad de la tabla, a la misma distancia -5 puntos- del ‘playoff’ que del descenso, pero que necesita corregir si no quiere verse de nuevo en problemas en este tramo final de la primera vuelta.

Desde luego, la derrota frente al Leganés, sobre la que no cabe poner ninguna excusa, ha enfriado esa euforia artificial que se había instalado en torno al equipo en últimas jornadas y después de trece encuentros sin perder, y va a obligar a JIM ha replantearse varias cuestiones, para empezar sus continuos cambios en la alineación o su insistencia en algunos futbolistas que no salen de la intrascendencia, como es el caso de Zapater, aunque no es el único.

“Queremos convertir La Romareda en un fortín, porque los objetivos se consiguen siendo muy fuerte como local. Duele perder siempre, pero en este caso más por la racha que llevamos en casa”, resaltó JIM a la conclusión de la derrota frente al Leganés. Y añadió: “Los equipos nos esperan para que nos equivoquemos. Vienen aquí con el ánimo de replegarse, cedernos el campo y a partir de ahí jugar a la contra”. Una filosofía que es muy parecida a la que utiliza el Zaragoza lejos de La Romareda.