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REAL SOCIEDAD

Un partido con garrote

La experiencia de vivir un encuentro de la Real junto al cocinero Martin Berasategi, con 12 estrellas Michelin. Aportó su sabiduría y gracejo en la cita contra el Valencia.

Actualizado a
Berasategi, en las cabinas del Reale Arena

Me apetecía contaros mi experiencia. Porque fue algo diferente. De esas cosas que todavía no me había tocado hacer. Vivir un partido de fútbol de la Real Sociedad con uno de los mejores cocineros de nuestra gastronomía. Una de esas simpáticas locuras que sólo se les puede ocurrir a esas cabecitas locas que no paran de buscar cosas diferentes y sugerentes para enriquecer el ya de por sí rico y con fundamento Carrusel Deportivo. Sí, esta jornada, el inalámbrico VIP de Carrusel fue el gran Martin Berasategi, de la Real hasta la médula. Así que el Real Sociedad-Valencia de Anoeta lo viví, como no podía ser de otra forma, con mucho garrote. Entre recetas, fogones y cuchillos cocinamos el apasionante y polémico partido del Reale Arena.

Con doce Estrellas Michelin, Berasategi es toda una institución, y no pasa desapercibido allá por donde pasa. También él hace para que se note su presencia. Porque no para de saludar a todo el mundo que pasa a su lado, hasta el punto de que fue chocando el puño (Antes daba la mano, pero con esto del coronavirus ha adaptado su saludo) a todos los trabajadores de la Real con los que se encontró al acceder al estadio, acompañado de su ya inconfundible “Garrote” llevando el puño de su otra mano hacia arriba. Era la primera vez que vivía un partido de la Real en el nuevo Anoeta fuera de su palco, que está justo al lado del palco de autoridades. Lo disfruto desde la cabina número 16, la que tiene la Cadena SER en el estadio de la Real Sociedad.

Llegó nervioso porque tenía que cantar la alineación de la Real Sociedad en el momento de abrir el partido en Carrusel. Se lo escribió letra por letra, porque si algo tiene Berasategi es que quiere tener todo controlado y lo lleva todo muy bien preparado. Llenó toda la mesa de papeles con recetas y apuntes que quería decir durante la retransmisión. Y ahí se plantó, con mucho garrote, a cantar el once de la Real en cuanto le dio paso el compañero del Fran Guaita. Los nervios del inicio desaparecieron en cuanto dijo quienes jugaban vestidos de azul y blanco. Y dieron paso a más bromas con el director de Carrusel Deportivo, Dani Garrido; con Javi Subirats, y hasta con Iturralde González, al que dedicó una receta con latas de atún fresco para poner con los tomates que tanto le gustan.

Pero las risas empezaron a tornarse en un gesto serio cuando empezaron las dificultades en el partido para la Real, con las duras entradas de los jugadores del Valencia. A Martin Berasategi le llamó la atención los fuertes que entraban. “Estos dan caña, vaya entraditas”, decía hacia un gesto exagerado con la mano. “¿El árbitro? No está bien, habrá que dar un buen guiso para que entre en calor”, señalaba en broma. Berasategi siempre te saca una sonrisa con sus comentarios. “Los nuestros tienen garrote, y un entrenador muy bueno, vamos a ir a por el partido”, deseaba. Pero el partido no cambiaba y se iba poniendo cada vez más nervioso

“¿Martin, cómo lo llevas?”, le preguntaba Garrido, que después intentaba suavizar la tensión hablando de cocina y recordando locales míticos de la parte vieja donostiarra como el Gandarias. Berasategi se relajaba un poco. “Qué pena de partido. Se nos está marchando”, decía Berasategi. Y entonces, llegó la expulsión de Aritz Elustondo. “Una pena. Estaba jugando muy bien. Este es de Beasain, tiene garrote, porque allí tienen la mejor morcilla”, decía. Siempre habla en positivo Martin Berasategi, que se acordaba de Juan José Castillo, el 'alma mater' de ‘Casa Nicolasa’ y maestro de grandes cocineros. Y así, entre fogones, terminaba un partido difícil de masticar y se le atragantó a su Real. “He estado encantado, sois los mejores, una gran familia. Espero haber hecho bien mi labor, que esto no es lo mío. La pena el resultado, que no ha habido giles y no ha ganado mi Real. Pero ha tenido garrote”. No hay mejor conclusión para un partido con una inalámbrico diferente, el más estrellado que haya pasado por Carrusel . Y tal como llegó, se fue. Saludando a todo con el que se encontraba, y dándose un afectuoso abrazo con el ex realista Carlos Martínez.