N'Kono-Buffon, amistad de leyenda
“Siempre es un placer volver a abrazar a mi amigo Thomas N’Kono, ¡gracias al cual me convertí en portero!”, reflexiona el italiano, que recibió a su ídolo en Collecchio.
Sus primeras lágrimas por el fútbol las derramó cuando solo tenía 12 años, en el verano de 1990, al ver por televisión en el Mundial de su Italia natal cómo eliminaban a Camerún. Aquel niño llamado Gianluigi Buffon se había quedado prendado de un guardameta ágil, estilizado, dinámico, diferente. De un Balón de Oro africano y, para entonces, enseña ya del Espanyol. Hasta el punto de que tuvo claro que lo suyo sería la portería. Más de tres décadas después, ahí sigue y las lágrimas se vuelven sonrisas cada vez que Buffon se reencuentra con Tommy N’Kono.
Así sucedía este jueves, cuando el hoy miembro del cuerpo técnico del Espanyol visitaba en la ciudad deportiva de Collecchio, en la Emilia Romaña, al cancerbero del Parma, en la Serie B, quien en solo unos días celebrará el 26º aniversario de su debut en la Serie A, el 19 de noviembre de 1995, con el mismo equipo y ante el Milan. Abrazados y felices, escribía en esta ocasión Buffon en las redes sociales que “los ídolos de juventud siempre seguirán siendo ídolos, aunque hayan pasado décadas. Y siempre es un placer volver a abrazar a mi amigo Thomas N’Kono, ¡gracias al cual me convertí en portero!”. Sencillo, directo, emotivo.
Precisamente fue durante la primera etapa del italiano en el Parma cuando por fin se conocieron personalmente, a mediados de los 90, e hicieron tan buenas migas que N’Kono le invitó a su partido de homenaje en Camerún y Buffon acudió. Años más tarde, el 28 de diciembre de 2007, el exguardameta de la Juventus y la selección italiana culminó su obra de admiración al ponerle Thomas de nombre a su primer hijo. Ahora la amistad es eterna. Y legendaria.