Los únicos que no fallaron fueron los que nunca fallan
El Racing rompió una buena racha de resultados en Liga, encajó por primera vez más de dos goles y se quedó sin marcar, pero tiene 1500 razones para sonreir
Es evidente que con el resultado, el juego, la amarilla de Satrústegui o la expulsión de Cedric, el Racing montó en León en el autobús de vuelta con la cabeza gacha. Y con razón. Y ni les cuento los directivos. Pero, abriendo el foco, la visita al Reino de León sirvió para confirmar una vez más que este equipo tiene, con todas sus limitaciones económicas y deportivas una fortaleza que no digo que le vaya a hacer inmortal (porque acaba haciendo falta la pasta de Alfredo y Pedro, o del siguiente rico que se anime), pero sí que nunca caminará solo. Tras una década infame en cuanto a resultados deportivos, que haya 1500 cántabros dispuestos a viajar 250 kilómetros, sin nada especial en juego, a seis meses del final de la temporada, es casi un milagro. El mejor triunfo. El único triunfo, en realidad.
Oportunidad y riesgo
Aunque todavía no se entrenan con el grupo, en el Racing confían (y cruzan los dedos) en que Unai Medina y Patrick Soko lleguen a tiempo para jugar el viernes con el Bilbao Athletic. Vamos a ponernos en el mejor de los casos y aceptar que los dos titulares del carril derecho estén contra los cachorros, pero todavía faltarán en el once Satrústegui, Cedric y Pablo Torre, probablemente los tres futbolistas más destacados de lo que llevamos de temporada para la inmensa mayoría de los racinguistas. ¿Hay vida sin ellos? Si tenemos que juzgar por lo que vimos ante Avilés y Leioa, poca. El riesgo evidentemente es grande, pero también la oportunidad de reivindicarse que supone para Isma López, Manu Justo o Harper, los tres recambios más probables (salvo trivotazo) en el once inicial. También para Romo es un arma de doble filo, puede demostrar que ha montado un equipo o quedará en evidencia que a su proyecto le viene salvando el talento que se encontró en La Albericia. Él reivindica las individualidades como una fortaleza y no una debilidad del Racing. Tiene razón Ahora hay que ver qué pasa cuando no están.