Enfado en el Lugo ante un nuevo agravio arbitral

El CD Lugo volvió de Anduva con una derrota que le mantiene sin sumar de tres en tres a domicilio desde que comenzó la temporada. Al disgusto por la derrota se sumó entre la expedición albivermella un tremendo enfado con la actuación del colegiado, González Francés, extensiva a la Sala VAR donde se encontraba Gorostegui Fernandez. La razón, dos penaltis que se fueron al limbo y que ni siquiera se consultaron con el mecanismo de videoarbitraje. Dos acciones que, vistas en las diversas repeticiones, muestran una duda más que razonable sobre las decisiones que el trencilla tomó sobre el verde de Miranda de Ebro.

El primero de ellos se produjo en el minuto 76, cuando al saque de un córner Juanpe se ve obstaculizado por Oriol Rey en el remate de la pelota, que terminaría fuera. En la repetición se puede observar como el jugador del Mirandés agarra con ambos brazos y termina derribando al centrocampista del Lugo. A pesar de las protestas el colegiado no quiso saber nada y tampoco se revisó la jugada. La segunda acción, aún más clara, se produjo ya en el descuento. En el minuto 92 Lebedenko controló el balón al borde del área y, al prepararse ya dentro de la misma para disparar a puerta, recibió un clarísimo empujón de Víctor Meseguer que tampoco fue castigado con la pena máxima y que tampoco fue consultado por el VAR. Dos acciones que podrían haber cambiado el resultado final y que se fueron al limbo.

Llueve sobre mojado en el CD Lugo al respecto de decisiones arbitrales dudosas. Sin ir más lejos la pasada jornada el Sporting debió quedarse con diez frente a los albivermellos por un plantillazo de Aitor sobre Lebedenko cuando ya tenía una amonestación. En este caso el árbitro señaló la falta pero no sancionó al jugador con tarjeta, tal y como recoge el reglamento para estas jugadas. Frente al Burgos también hubo polémica por un penalti no señalado sobre Chris Ramos por un claro agarrón dentro del área. Si bien oficialmente desde el club aún se guarda silencio, existe un gran malestar dentro del mismo ante lo que se considera un agravio a la hora de recibir justicia arbitral.