Ter Stegen, cada vez más frágil
El Barça ha encajado esta temporada gol seis veces en el primer disparo a puerta del rival. El rendimiento del portero, lejísimos de sus primeros años.
Sean las dos operaciones que pesan sobre su rodilla derecha; que ha perdido confianza o facultades; o que la defensa, como en el gol de Luis Rioja, no termina de ayudarle; o sea un conjunto de todo, lo cierto es que a Marc-André Ter Stegen es cada vez más fácil hacerle un gol. Hasta seis veces le han marcado esta temporada al Barça en el primer disparo a puerta. A saber, Benfica (Darwin), Atlético (Lemar), Valencia (Gayá), Real Madrid (Alaba), Rayo Vallecano (Falcao) y Alavés (Luis Rioja).
Ninguno de esos seis goles han llevado el sello de un error garrafal del portero alemán, pero en los primeros años acostumbró al Barça con palabras de mucho nivel que salvaron partidos. Eso ha desaparecido. En ocasiones, se vence antes de tiempo (el gol de Müller contra el Bayern); en otras le sorprende al palo corto (Darwin) o no llega en tiros cruzados (Alaba o Lemar). En el de Gayá nunca vio el disparo y en el de este sábado, ante Luis Rioja, fue desbordado en la que, en su tiempo, fue una de sus grandes especialidades, el uno contra uno.
Ter Stegen siempre había sido un portero con problemas para jugar en espacio abierto (no calcula bien las salidas), y tampoco era de los mejores por arriba. Sin embargo, bajo palos ha firmado paradas increíbles en los mejores campos del mundo. Sin embargo, ahora mismo sólo le quedan en el repertorio acciones como la que firmó ante Guedes el día del Valencia, con facilidad para sacar un brazo fuerte mientras se queda estático. Demasiado poco para un portero que, en estos días de crisis, le haría más falta que nunca al Barça. De momento, el estatus de Ter Stegen en Barcelona, donde se ha construido una reputación de ciudadano ejemplar y es intocable y la desmotivación de Neto, que lleva un año pidiendo marcharse y al que Koeman tuvo que quitar incluso de las alineaciones de la Copa la temporada pasada por falta de compromiso, impiden que haya un debate en la portería que podría ser razonable.