Un autogol de Pelón alegra a la Balona ante un Sanluqueño valiente
Un desafortunado autogol de Pelón tras un disparo de Chironi que se estrelló en el larguero da los tres puntos a la Balona. El Sanluqueño mereció más.
El Linense, tacita a tacita, sigue sumando. Romerito se desquitó del Sanluqueño, su anterior equipo del que salió en marzo por desavenencias con la directiva gracias a un autogol de Pelón, en quien rebotó el trallazo de Chironi que se estrelló en el larguero. La Balona resistió desde entonces para llevarse tres puntos que le colocan en zona de playoff. El Sanluqueño tuvo ocasiones y lo intentó hasta el final. En vano.
A pesar del viento racheado que entorpece los controles del balón ninguno de los dos equipos se echó para atrás. En los primeros 20 minutos los dos porteros tuvieron muchísimo trabajo. A los 5’ Adamou saca bajo palos un cabezazo de Jesús Muñoz. La respuesta de los de Pedro Buenaventura es inmediata y Nacho Miras se ve obligado a interceptar hasta en dos ocasiones sendos recados de Toni García. En pleno toma y daca la Balona abre el marcador. Chironi recupera un balón que llega a Leandro quien estrella su disparo en el poste izquierdo de Isma Falcón. El rechace llega de nuevo a Chironi que remata con violencia al larguero El esférico, repelido, rebota en la espalda de Pelón y se introduce en el fondo de las mallas. Muy mala suerte la del central visitante.
El Sanluqueño no se descompone y busca con decisión el empate tratando de aprovechar las entradas por el costado izquierdo del exjugador del Cádiz Javi Navarro, un futbolista técnicamente muy bien dotado. A los 41’ Miras manda a córner un buen tiro del brasileño Gaúcho. Los de Romerito, sin renunciar al ataque, contemporizan con el marcador a favor con el que se llega al intermedio.
Tras la reanudación los de Sanlúcar mantienen la iniciativa con los locales buscando centelleantes contragolpes. El partido se traba por momentos y esto no le conviene al Sanluqueño que busca ideas nuevas con la entrada a los 59’ de Theo y Miguelete. Dorrio, a los 61’ desperdicia una enorme ocasión. Su disparo, en buena posición, se va muy alto. A los 75’ Buenaventura saca a su experto goleador Diego Cervero. Tocando a rebato.
Los visitantes presionan y la Balona, con el paraguas abierto, cambia al delantero Gerard Oliva por el defensivo Fran Morante. El objetivo es que corra el reloj antes que el balón. El pitido final alegra a los de la Línea, que se colocan entre los cuatro primeros y aumenta su interesante racha de cinco partidos sin perder. El Sanluqueño lo intentó y, posiblemente, mereció mejor suerte.