JUNTA DE ACCIONISTAS DEL SEVILLA
Pepe Castro gana la primera batalla a Del Nido por el poder
El ex presidente no pudo votar al estimarse que su voto estaba representado por su hijo y su petición de salida del Consejo fue negada por el 77% de los accionistas
La Junta de Accionistas Extraordinaria del Sevilla comenzó con polémica desde horas antes de su inicio. El ex presidente José María del Nido solicitó que los pequeños accionistas, el grupo Accionistas Unidos, que había expresado su intención de votar a favor del presidente José Castro, no pudieran hacerlo por un defecto de forma en la presentación de sus acciones.
De este modo, pasadas las 18:20 de la tarde comenzó la asamblea con la siguiente asistencia: 192 accionistas presentes, 2.506 representados, lo que equivale a 91.331 acciones. O lo que es lo mismo, un quorum del 88,27%. A continuación, debía llegar el discurso institucional de Castro, hasta que fue interrumpido por José María del Nido para mostrar su desacuerdo con el recuento de acciones. El notario de la Junta de Accionistas intervino: "Entra dentro de mi misión en este acto dirigirme previamente a esta Junta sobre si existe algún tipo de reserva respecto de los asistentes a la misma". De este modo, se confirmaba el recuento ofrecido por el club.
No obstante, Del Nido insistió: "Ayer recibí una comunicación del vicepresidente primero de la entidad (su hijo) en la que me decía que se había reunido con el presidente para informarme que iba a votar a favor de todos los puntos propuestos por el Consejo y en contra de todos los propuestos por mi grupo. Mi pregunta es bien sencilla. ¿Ejerceré con libertad de criterio mi derecho al voto con mis acciones?". Castro replicó: "Cada punto se tratará en cada momento de la Junta, su pregunta ya está contestada". Uno de los integrantes del grupo de Del Nido, insistió en la cuestión del voto del ex presidente, a lo que Castro contestó en los mismos términos usados con anterioridad.
Tras el primer lío, Castro por fin pudo empezar con su discurso: "Estamos aquí para rendir cuentas de la campaña 20/21, posiblemente la más atípica de nuestra historia. Pese a ello, volvimos a ser ambiciosos reforzando a la plantilla con jugadores de nivel. Priorizamos conservar el grupo ante las dificultades que venían y logramos el objetivo de la campaña de forma brillante. La temporada que analizamos fue la mejor de nuestra historia en puntuación. El balance deportivo no puede ser más que satisfactorio. Me han preguntado mucho cuándo vamos a ganar una Liga. Mi respuesta es que estamos en el camino de ello. No esperen de mí que venda humo ni que dé titulares altisonantes que sólo conducen a la frustración. El camino es hacer al Sevilla un fijo en la Liga de Campeones. En el capítulo económico, por primera vez presento déficit como presidente, 41,3 millones de euros. Los pocos movimientos en los mercados de fichajes fueron claves. Es un déficit puntual, la pérdida de ingreso viene por un contexto adverso, no por la toma de decisiones de este consejo. Debe quedar clara una cosa, el modelo sigue siendo el de vender para crecer porque esta fórmula es la que nos ha hecho ser un grande de la Liga y de Europa. Aquí no hay nadie intransferible, pero el precio de nuestra estrellas es el que nosotros decidimos y no nos tiembla el pulso a la hora de decir que no. Nuestra salud financiera no está comprometida. Nuestra cifra de negocio es de 170 millones de euros y el patrimonio neto es de 56 millones. Cuando digo que somos ambiciosos y que siempre queremos más, lo digo porque tenemos una plantilla que es la cuarta más valiosa de la Liga. No es casualidad. Señores accionistas, les pido tranquilidad y confianza en un consejo que ya ha demostrado su capacidad. Miren si será buena nuestra situación económica que somos el segundo equipo con mayor límite salarial de la Liga. La ilusión sigue intacta y los objetivos son ambiciosos. No me puedo sentir más orgulloso de los empleados de esta casa. Las inversiones no van a parar ni en el estadio ni en la ciudad deportiva. La senda para un Sevilla más grande ya está trazada. Si con una pandemia hemos salido adelante, no cabe otra que ser optimistas. La hoja de ruta es innegociable. Los sevillistas mejor que nadie sabemos que nuestra historia de éxitos en el siglo XXI no puede acabar aquí. Quedan capítulos de gloria por escribir. Y los escribiremos".
A continuación, José María Cruz, director general de la entidad, pasó a exponer las cuentas del club, que se resumen en los 41,3 millones de euros de pérdidas, aunque Cruz incidió en que el club cumple sobrádamente los ratios exigidos por la Liga. Fue el momento de que Del Nido tomara la palabra para cuestionar la información de Cruz, principalmente para criticar la retribución del consejo a pesar de las pérdidas. "¿Qué es por su magnífica gestión?", preguntó.
Y llegó el momento clave. Tocaba votar las cuentas y por fin se iba a saber si Del Nido podría votar con sus acciones o si las mismas seguirían siendo representadas por su hijo, vicepresidente del club. "El presidente y el vicepresidente han alineado su decisión de votar a favor de las cuentas", dijo Castro. A lo que Del Nido respondió indignado: "Pido que conste en acta que no se me deja votar". Las cuentas fueron aprobadas con un 54% de los votos, mientras que la gestión del consejo recibió el refrendo del 52%, mientras que Del Nido y su grupo insistían en pedir al notario que impugnara las votaciones, sin éxito alguno por más que gritaba que se respetara su derecho al voto.
Los ánimos se siguieron caldeando, hasta el punto de que miembros de seguridad del club tuvieron que pedir calma a Del Nido y su grupo, que seguían increpando a la mesa. Mientras, el resto de los asistentes aplaudieron la aprobación de las cuentas y de la gestión del consejo.
Una vez que se conoció que Del Nido no podía votar, el punto en el que el ex presidente y su grupo pedían el cese de la actual directiva al completo tenía poco interés. Del Nido rechazó su turno de palabra insistiendo en que no se le dejaba votar, pero dejando claro que si se le permitiera podría hacer que no se aprobaran ninguno de los puntos y pidiendo al resto de accionistas que se abstuvieran en dicha votación. Pero Castro no se mordió la lengua: "Hay que evitar lo que sería una trasgresión de los derechos de los accionistas. Lo que pretende José María del Nido Benavente y el grupo Sevillistas Unidos 2020 es hacer imposible el cumplimiento de un pacto vigente y obligatorio según la Audiencia Provincial de Sevilla". La votación fue ganada por la actual directiva con un 77%, aunque la abstención fue del 20%.
Y de esta forma se encaminó a su conclusión una Junta de Accionistas con más ruido que nueces y en la que Castro salió victorioso. Del Nido, por su parte, anunció que seguirá con su intención de retomar el mando. La primera batalla ha cayó para la actual directiva, pero la guerra se presume más que larga.