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REAL ZARAGOZA

“Sería una falta de respeto pedir paciencia a la afición; lo que debemos darle es alegrías”

JIM asegura que el equipo ha hecho autocrítica y deja claro que deben ganar sí o sí en Montilivi: “Lo que necesitamos es recobrar nuestra propia autoestima”.

Zaragoza
Juan Ignacio Martínez.
ALFONSO REYES

Juan Ignacio Martínez asegura que sus jugadores han hecho autocrítica durante estos últimos días y deja claro que la situación de puntos del equipo les obliga a ganar sí o sí en Montilivi: “Sería una falta de respeto pedir paciencia a la afición porque lo que debemos darle es alegrías. Soy una persona que empatiza y no puedes pedir paciencia cuando ya llevamos muchas jornadas. Ahora mismo lo que necesitamos es recobrar nuestra propia autoestima. El jugador que firma por el Real Zaragoza debe saber en qué club está y qué aspiraciones y presión tiene”.

−Teniendo en cuenta que su equipo jugó el jueves, ¿tiene pensado hacer rotaciones mañana frente al Girona?

−A mí me gusta que no haya esos cambios, pero el sentido común dice que hay que ver el estado de los jugadores y poner un once físico, sabiendo lo que nos estamos jugando. Tenemos un respeto máximo al rival porque está en una situación muy parecida a la nuestra. Somos dos equipos que antes de empezar el campeonato no pensábamos que íbamos a estar en esta situación y necesitamos un once lo más fuerte posible en todos los aspectos, mental y físicamente.

−Frente a la Ponferradina utilizó un 4-4-2. ¿Qué conclusiones sacó?

−Sin balón hicimos un repliegue de dos líneas de cuatro para intentar evitar los espacios. La primera parte no fue buena y no estuvimos en ese puntito que necesita el equipo de meterle miedo al rival. Estábamos en La Romareda, con nuestra afición, y ahí sí que tenemos que provocar mucho más estrés en el rival.

−Vada llegó a decir al término del partido que el equipo había hecho una primera parte de mierda. ¿Cómo está el equipo? ¿Se ha hecho autocrítica?

−No queda tiempo de entrenamientos, pero debemos aprovechar todas las horas. Ayer hicimos vídeo por grupos según las posiciones. Intentamos mostrar cuatro detalles muy puntuales y que sea el propio jugador el que intervenga. El gol de la Ponferradina es uno de esos detalles muy importantes en el fútbol profesional y que no se pueden permitir. Es muy difícil ganar con once futbolistas, pero casi imposible ganar con diez. Esas lecturas las debemos tener claras. Hemos hecho una autocrítica y más por parte de los jugadores, que les honra. Pero ya no se trata de crítica o de no crítica, sino de que estamos en una situación de puntos en la que debemos ganar sí o sí. El Girona pensará lo mismo, pero nosotros estamos en una disposición muy contundente en el aspecto mental.

−El equipo apenas está generando peligro a balón parado. ¿Encuentra alguna explicación?

−Nos elogiabais por el gol que metimos en Alcorcón y parece que se nos ha apagado la luz. Es verdad que el otro día sacamos un número elevado de córneres y no fuimos capaces, pero sí que lo trabajamos. Tenemos variantes según defienda el rival. Ahora mismo no estamos teniendo ese acierto, pero esperemos que mañana se rompa ya.

−¿Le preocupa más el hecho de encadenar siete jornadas sin ganar o las sensaciones que ha dejado el equipo en los últimos partidos?

−La sensación es sobre todo como local. Los objetivos se consiguen siendo muy fuertes en casa. Son ya muchas las jornadas como local, en un estadio en el que jugamos con uno o dos jugadores más. Lo que presiona la afición es terrible para el rival y, sin embargo, no hemos tenido esa pizca de acierto. Ahora hay que pensar en el Girona, que va a ser un partido difícil, pero también para ellos.

−El equipo jugó contra la Ponferradina con un juego más directo. ¿Fue algo puntual o puede tener continuidad?

−Se juntaron dos circunstancias importantes. La primera es que sin llegarte prácticamente a puerta encajas el gol y así es muy difícil porque siempre estás remando río arriba. Somos el único equipo que aún no se ha adelantado en el marcador. Y la segunda, que es la parte positiva que veo, es la reacción, el orgullo y la casta porque ya empezó el runrún de la grada. Sin embargo, rápidamente hubo un tiro de Francés y la afición otra vez se enganchó. Lógicamente, con los cambios acumulamos muchos jugadores arriba y el mensaje era meter balones y provocar jugadas, como así fue. Imaginaos si el minuto 93 metemos la última que tuvimos de cabeza; estaríamos todos eufóricos. No sucedió, pero son alternativas que tenemos. Los jugadores nos dan muchas variantes e intentamos aprovecharlas.

−¿Qué mensaje le puede transmitir a la afición para que mantenga la fe?

−Sería una falta de respeto pedir paciencia a la afición porque lo que debemos darle es alegrías. Soy una persona que empatiza y no puedes pedir paciencia cuando ya llevamos muchas jornadas. Ahora mismo lo que necesitamos es recobrar nuestra propia autoestima. El jugador que firma por el Real Zaragoza debe saber en qué club está y qué aspiraciones y presión tiene. Hay una cosa que es innegociable y es el compromiso que tienen los jugadores. Podrán estar más o menos acertados, pero el esfuerzo y el compromiso lo ponen al servicio del Real Zaragoza.

−¿Se está a tiempo de encauzar los números de los delanteros y que no suceda lo de la pasada temporada?

−Nano, el jueves, y Álvaro, el día del Huesca, salieron abatidos del campo. Eso dice mucho a favor de ellos porque les pica en su orgullo. Yo no quiero entrar en comparaciones con otras temporadas. Yo quiero ver lo que hacen día a día en los entrenamientos y que tengan esa pizca de suerte para que crezcan en autoestima.