La crisis amarilla de Emery

Emery llegó al Villarreal como un técnico que debía armar un equipo sólido que se instalara entre los mejores de la liga. El técnico llegó y ganó un título, lo que dejó sin contabilizar el haber caído de las plazas europeas en la recta final de la temporada pasada, logrando la clasificación para la Conference League.

Es verdad que la campaña pasada el equipo echó el resto en Europa, lo que le justifica el perder la estela europea en esa recta final. Pero esta es una temporada en la que la igualdad y la plantilla armada por el club, invitaba a pensar que el equipo estaría más cerca de las plazas de privilegio.

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Algo que tras diez jornadas (nueve para los amarillos), el equipo está igual de cerca de abajo que de arriba, lo que ya es una situación no esperada. La sensación es que el equipo no llega a despegar en liga, siendo castigado por errores puntuales en la mayoría de partidos. Además, los problemas de lesiones han lastrado al equipo, que ve como sus mejores jugadores no entran en ritmo. El mal arranque, ha hecho que Emery decidiera apostar por un once que ha alineado en casi todos los partidos, lo que genera dudas en los jugadores que no juegan, a lo que se suma el desgaste para los que lo hacen casi siempre. Tras ser un equipo que no perdía y empataba, ahora los empates se han convertido en derrotas, lo que deja al equipo en una situación complicada.

Tras estas dos derrotas en Liga ante Osasuna y Athletic, el equipo afronta la que se puede denominar la primera crisis de la temporada, y de la era Emery. No es grave, pero no ganar al Cádiz y no puntuar en Mestalla, dejaría al equipo lejos de su objetivo prioritario.

Un arranque en el que el suelo amarillo suma once puntos en nueve jornadas, un registro que iguala el que el técnico firmó con el Sevilla de la 13-14 y el Almería de la 07-08, siendo estos sus peores arranques como técnico hasta el día de hoy.