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RACING 0 - DEPOR 0

Un empate a cero que sabe a fútbol

Con 12.000 espectadores en El Sardinero, el Racing y el Deportivo anulan sus respectivas virtudes y protagonizan un duelo igualado y con pocas ocasiones

SantanderActualizado a
Un empate a cero que sabe a fútbol

No siempre un empate a cero denota un mal partido. El Racing-Depor no lo fue. Tampoco extraordinario, más allá de por el ambiente, que olía a fútbol desde kilómetros de distancia, pero fue un duelo digno de dos buenos equipos. No brillantes, al menos hoy, pero buenos equipos. El Deportivo necesita el balón para expresarse, el Racing es más conservador y, probablemente, tiene más registros, y siendo fieles a su personalidad, cada uno fue capaz de anular las mejores virtudes del rival. El Racing dejó al Depor sin espacios por dentro y los de Borja Jiménez a los de Romo por fuera. Ambos siguen en la carrera.

El partido arrancó con el balón monopolizado por el Depor. Lo que se esperaba, pero más. Con el Racing agazapado cerca de la frontal de su área, con Bustos y Soko dedicados exclusivamente a marcar a sus laterales, Víctor García y Héctor, formando casi una linea de seis en defensa. Los de Borja Jiménez parecían querer resolver pronto, arriesgando incluso, dejando a sus dos centrales solos en la raya. Sin embargo, las cosas del fútbol, la primera ocasión fue para los racinguistas. En la primera ocasión en la que pasaron del centro del campo forzaron un córner y, tras el saque de Borja Domínguez, el cuero le quedó a Bobadilla, dentro del área pequeña y con Mackay superado. No fue capaz de embocar.

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Nacho CuberoAS

A partir del cuarto de hora el Racing dio un paso adelante, alejó su línea defensiva de su frontal y el juego se equilibró. La posesión seguía siendo gallega, pero ya sin abusar, y los de Romo ya estaban más cerca de llevar a cabo lo que a esas alturas parecía claro que era su plan: cazar una contra. Con Borja Domínguez y Pablo Torre creciendo en el partido, el Racing mete más miedo. En ese tramo, curiosamente, el que clavó una contra de manual, mal defendida por Bobadilla y peor por Mantilla, que acabó con un clamoroso mano a mano entre William, con todo el tiempo del mundo, y Parera. Ganó el de Manacor al brasileño. En los últimos minutos de la primera mitad el duelo ya se empezó a romper, más lejos de lo diseñado en las pizarras, y el gol parecía cosa de una moneda al aire. No llegó antes del descanso.

El Racing arrancó mejor en la segunda mitad que los deportivistas. Incluso durante el primer cuarto de hora le quitó el balón y pareció como que al Depor le entró un poco el cosquilleo, sus laterales dejaron de percutir con tanto descaro y se preocuparon más de no dejar espacio a sus espaldas. Al revés que en la primera mitad, Víctor y Héctor eran ahora los que marcaban a Bustos y Soko, respectivamente. Con los cambios el partido se volvió a equilibrar, de hecho, sentaron mejor a los gallegos que a los cántabros. El partido era intenso, de nivel, pero las ocasiones, eso sí, no llegaban.

El último arreón no le dio a los de Riazor más que para colgar un par de balones en golpe franco, que no crearon peligro, mientras que los de Romo se encontraron con un tiro de Tienza solo en la frontal, que le salió muy centrado y atajó Mackay sin apuros. El empate, por juego, por ocasiones, cada uno con su estilo, fue justo.

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Nacho CuberoAS