La amenaza de la necesidad
El Real Zaragoza ya es conocido como el rey del empate. No pierde, pero está a un paso de traspasar esa frontera en la que ya sólo vale ganar.
Esa necesidad numérica afecta directamente a otros aspectos, como el juego, las sensaciones, la confianza y el estado anímico. Es verdad que el Zaragoza ha acumulado más méritos que puntos en lo que se lleva de temporada, pero no deja de ser menos cierto que en los últimos partidos esos méritos ya no han sido tantos. Un ejemplo de ello es que últimamente ya no genera tantas ocasiones ni remata tanto. O el hecho de que el gol encajado en La Rosaleda haya sido el que más daño le ha hecho de todos los que ha recibido esta temporada, con la amenaza real durante varios minutos de un 2-0 que hubiera resultado definitivo. De hecho, el Zaragoza estuvo más cerca de perder que de ganar en Málaga.
Y es que a medida que pasan las jornadas y no ganas, los golpes cada vez afectan más y crece la psicosis. Así lo reconoció Bermejo al hablar de la falta de gol del equipo: “Esa ansiedad de querer marcar nos está lastrando”. Es normal. Los futbolistas son humanos y normalmente esa ausencia de victorias termina llevándose por delante el buen juego y las buenas sensaciones. No se trata de ver la botella ni medio llena ni medio vacía, sino de observar una realidad que no debe esconder que el Zaragoza es uno de los equipos menos goleados de Segunda, que ha tenido minutos de muy buen fútbol o que ha sido el primero en marcarle un gol al Málaga en su estadio, pero tampoco obviar la clasificación o que es el equipo menos goleador y el único sin triunfos como local.
La única gran certeza en estos momentos es que al Zaragoza le cuesta una barbaridad ganar un partido, por muy bien que haga las cosas, entre otras cosas por su alarmante falta de gol. Decir que ya entrarán es, por ahora, una mera cuestión de fe, aunque también es cierto que la fe mueve montañas y que en el fútbol un partido puede cambiarlo todo, pero urge ganar ya para dejar de caminar por un alambre cada vez más fino. Incluso JIM se referió ayer en estos términos al próximo partido contra la Ponferradina: “Para hacer buenos estos empates debes pegar un salto de tres puntos. No lo estamos haciendo y el jueves tiene que ser la definitiva”. Y es que todo lo que no sea ganar multiplicará las dudas, la ansiedad y las prisas. La necesidad ya amenaza y convendría que el Zaragoza no traspasara esa frontera en la que cada partido es a vida o muerte.