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REAL MADRID

La lección de Ancelotti

En la 2014-15, el Real Madrid iba lanzado a por Liga y Champions, pero se deshizo por no rotar y por la falta de descanso. El italiano no quiere que la historia se repita.

Madrid
Ancelotti, durante el Espanyol-Real Madrid.
AFP

Carlo Ancelotti aprendió la lección y ahora la aplica sin miedo en su segunda etapa en el Real Madrid: en este fútbol sobrecargado de esfuerzos y con el calendario apretadísimo, es más importante que nunca dar a los jugadores todos los descansos posibles para que carguen pilas. En el caso de los internacionales, la misión es más complicada; se van con sus selecciones y salen del área de control del técnico. Pero con los que se quedan sí puede Ancelotti aplicar la fórmula.

En este parón, se quedaron en Madrid para trabajar Lunin, Carvajal, Vallejo, Nacho, Marcelo, Mendy, Lucas, Ceballos, Isco, Asensio, Bale, Rodrygo y Mariano; también Casemiro, convocado con Brasil pero que se tuvo que quedar en tierra por una infección dental que le provocó dolor y fiebre alta, lo que llevó a Tite a desconvocarle.

Con esos mimbres (aunque con varios jugadores lesionados), Ancelotti programó la semana pasada una agenda de entrenamientos muy suave: sólo tres sesiones, de jueves a sábado, con tres días libres antes y otros dos días de descanso después. Esta semana, los entrenamientos arrancaron el martes y se extenderán durante toda la semana, pues el Madrid no tiene jornada de Liga debido al aplazamiento solicitado por LaLiga, para paliar los efectos de las fechas FIFA extendidas de la Conmebol. Su siguiente encuentro es el martes 19 en Kiev, ante el Shakhtar en la Champions. El equipo no volará hasta el lunes.

Tras el parón de agosto-septiembre, el Madrid disputó siete encuentros en 29 días, es decir, un duelo cada cuatro días prácticamente. A ello se suma que Ancelotti no ha podido rotar demasiado de momento por las numerosas lesiones y por estar todavía asentando el equipo titular, que arrancó bien, pero que se desdibujó con el empate ante el Villarreal y las derrotas contra Sheriff y Espanyol. Pero Ancelotti tiene en mente lo que sucedió en la temporada 2014-15, en la que iba lanzado a por el doblete Liga-Champions y el Madrid acabó quemado.

Aquel año, tras la jornada 24 de Liga, el Madrid contaba con una ventaja de cuatro puntos sobre el Barcelona; puede parecer escasa, pero en los años de Cristiano y Messi en plenitud, con Madrid y Barça acercándose a los 100 puntos de forma habitual, era una renta importante. Sin embargo, dos jornadas después, tras empatar con el Villarreal y caer en San Mamés, el Barcelona se colocó un punto por encima y ya no soltó el liderato. En Champions, la Juventus se impuso en semifinales, gracias a un gol de Morata en el Bernabéu.

Ancelotti dejó claro aquel curso una confianza importante en su once titular (Casillas, Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo, Kroos, Modric, James, Bale, Benzema y Cristiano) y también en algunos suplentes privilegiados como Isco, Varane o Arbeloa. Pero el resto contaron poco y la sobrecarga de minutos sobre los mismos acabó costando caro: cinco jugadores superaron los 4.000 minutos y nueve no pasaron de los 2.000'. 

Pintus tiene el mando

Aquello provocó fricción entre Ancelotti y Florentino Pérez, como el propio técnico escribió en uno de sus libros: "UEFA publicó una estadística que sugería que el Madrid no hacía tantos entrenamientos como otros equipos, pero ganamos 22 partidos seguidos, algo debíamos estar haciendo bien. El club presionó para trabajar más, pero yo pensaba lo contrario, los jugadores tenían que descansar tras una etapa de lesiones y fatiga".

En el Madrid 2014-15 se señaló al preparador físico blanco de entonces, Giovanni Mauri, y de hecho cuando Ancelotti regresó al banquillo blanco el pasado verano, lo hizo con Antonio Pintus ya firmado por el club para que coordinase la preparación física del equipo. Mauri ya está retirado, aunque su hijo forma parte del actual cuerpo técnico blanco, pero en materia de entrenamientos y esfuerzos todo pasa por Pintus, y el italiano también ha dado el visto bueno a este parón en el parón (valga la redundancia) para recargar pilas y afrontar lo que viene.