La hazaña que el Espanyol llevaba 869 días esperando

“Hoy es un día para recordar”, advertía Diego López al resto de jugadores, con el brazalete de capitán envolviendo su brazo izquierdo, en los instantes previos al partido ante el Real Madrid. Algo se olía la plantilla del Espanyol, milimétricamente aleccionada durante la semana por Vicente Moreno. Y algo intuían también los 23.377 espectadores –en un 99,9%, aficionados pericos– que ocuparon ese 60 por ciento de aforo del RCDE Stadium que permitía la Generalitat. Cornellà-El Prat fue solo blanquiazul y vivió, como bien anticipaba el guardameta, una de esas tardes que se guardan en la retina. Una hazaña que se esperaba desde hacía 769 días.

Aquella apoteósica clasificación europea, el 18 de mayo de 2019 ante la Real Sociedad (2-0), con una enloquecedora invasión de campo, había marcado paradójicamente un antes y un después entre la alegría y la tristeza, la depresión incluso. Desde entonces, y con algún minúsculo paréntesis en la Europa League, había transitado el RCDE Stadium entre la frustración por un Espanyol que nunca acababa de carburar, y en el que se sucedían entrenadores como quien cambia de calzado, a una pandemia que golpeó a todo el planeta, pero que en clave perica coincidió con el desolador descenso. Y en Segunda, a pesar de la gran temporada, el solitario estadio aprendió a convivir con la angustia.

El incontestable triunfo ante el Real Madrid se presenta como un nuevo punto de inflexión, pero esta vez para bien. El de la creencia en que el Espanyol no solo vuelve a estar en su sitio, en Primera, sino en que si se lo plantea puede derrotar a cualquiera. Con su mejor entrada desde el 1 de marzo de 2020. Con la Curva y la Juvenil al fin reunidos en el reestreno de la grada de animación. Con aplausos, vítores y ovaciones a Melendo o Raúl de Tomás. Con el primer triunfo ante un líder de LaLiga desde aquel arrebatador ‘Delapeñazo’ del 21 de febrero de 2009 en el Camp Nou.

Se encaja ahora el 2-1 frente a los blancos en la galería de aquel 2-0 a la Real, pero también de un 3-0 al Atlético dos semanas antes, en 2019. del redondo 2-0 al Valencia en la era Rubi, del mes y medio de 2018 en que encadenó el Espanyol triunfos frente a Barcelona (1-0 en la Copa) y el propio Madrid (1-0) o de aquella Copa del Rey en que por un instante parecían los pericos invencibles, tras derrotar –y posteriormente, eliminar– a Valencia (2-0) y Sevilla (3-1). Y, por supuesto, de la goleada al Liverpool (3-0) en la inauguración del estadio. “Un día para recordar”, desde luego. Y tal vez un punto de partida hacia un futuro mejor.