El Espanyol rememora su grandeza
El equipo blanquiazul vive una de sus mejores tardes contra el Real Madrid en un RCDE Stadium con un ambiente festivo y un partido completo capitaneado por RdT y Darder.
La gesta blanquiazul. Como gladiadores romanos, vivitos y coleando, los jugadores del Espanyol permanecieron eufóricos en el centro del campo cuando Cuadra Fernández señaló el final del partido. Se abrazaron y acudieron a la Grada Canito, donde ahora se unen la Curva y la Juvenil, para devolver el cariño mostrado en 90 minutos emocionantes en los que el equipo de Vicente Moreno fue capaz de tumbar al Real Madrid. No fue un partido más por mucho que el técnico, como es lógico, quitara hierro a la epopeya. Fue un partido que rememora la grandeza del Espanyol, que le recuerda que sigue siendo uno de los mejores clubes de Primera, capaz de gestas como la del domingo.
El nuevo camino. Con la dura pandemia en el retrovisor, como el año en el infierno de Segunda, el ambiente invadió el estadio. Bufandas y banderas al viento, abuelos, padres y niñas en la grada esperando algo grande. Una victoria de prestigio, la que se le resistieron a los blanquiazules ante el Atlético o el Villarreal, la que reforzara el trabajo de un Espanyol irregular a domicilio, pero solvente en su estadio, donde está encontrando el mejor ensamblaje a su plantilla.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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El balón es la apuesta. No es baladí que los mejores minutos salgan de un mediocampo con Darder y Melendo, algo natural. Rubi marcó el camino hace tres campañas, enseñó cómo ambos jugadores son capaces de mejorar todo lo que pasa por sus pies, y Moreno entiendo la fórmula. En medio del combate en el césped, con un Madrid atascado en el cerrojo perico, y un Espanyol que poco a poco fue descamisándose, tres acciones de juego sobresalieron.
Las tres fotografías. La primera le enseñó el camino al Espanyol. Un pase de Melendo desde el costado derecho, una parábola que dejó a Pedrosa solo ante Courtois aunque el lateral no logró controlar. Un pase que tanto se vio temporadas pasadas en el Camp Nou con Messi y Alba. El camino del gol del Espanyol debía salir de encontrar esos espacios que siempre existen en el fútbol, pero solo unas cuantas botas son capaces de hallarlos. De Melendo a Darder. El mallorquín recibió un pase como último hombre en mediocampo, de espaldas, con dos jugadores del Madrid encima. Lo lógico era jugar con el portero, pero en Darder no hay simplezas. El mallorquín se frenó, amagó y se dio la vuelta. Había generado espacios, había eliminados rivales... Y el balón le llegó a Aleix Vidal, quien profundizó a Embarba y este al tigre RdT. 1-0.
Una defensa entonada. La tercera acción pudo pasar más desapercibida. Cabrera, con un espectacular escorzo, despejó dentro del área pequeña un centro envenenado de Modric que encontraba la cabeza de un compañero. Evitó el gol del Madrid. El uruguayo simboliza la otra parte del plan del Espanyol, la de la seguridad defensiva, los despejes en los centros laterales, la concentración los 90 minutos. Aunque cuando el balón le llegue a los pies las luces del Espanyol empiezan a apagarse, su presencia ilumina y lidera una defensa que mantiene su buen tono. De Óscar Gil, notable ante Vinicius, a Dídac, que acabó de improvisado lateral derecho.
El artista RdT. Fue una tarde para recordar, de aquellas que se retienen en la memoria durante un tiempo. Un Espanyol bailando al son de Darder y rematando con RdT, uno de esos jugadores que por su juego y manera de ser cautiva a los aficionados. Vicente Moreno, a quien hay que leerle los matices, lo explico claro: "Cuando se lo propone, no tiene techo". El futuro del Espanyol en LaLiga, y su propio techo, lo marcara también su delantero, principio y final de todo como ante el Madrid: del gol a la ovación final.