CASTILLA 2-ATLÉTICO BALEARES 2
Gudjohnsen, el tanque blanco
El ariete islandés del Castilla provocó el primer gol del filial y marcó el segundo ante un peligroso Atlético Baleares que rascó un punto por un gol en propia puerta de Marvin...
El Castilla pasó el susto de tener que verse con una de sus némesis, el delantero brasileño Vinicius Tanque, y puso sobre la mesa su propia artillería: un carro de combate como Marvel en defensa (debut espectacular el suyo) y otro arriba, con el islandés Adri Gudjohnsen zarandeando al Atlético Baleares. Tras el mal partido de la semana pasada en Albacete, el filial de Raúl agarró el partido por la solapa y se lo hizo pasar mal a uno de los aspirantes al ascenso que llegaba invicto y que mantiene ese condición por los pelos.
Más que nada porque el Castilla fue colectivamente mejor, puso más carne el asador y sólo dos acciones puntuales isleñas, un golazo de falta y la mala fortuna de Marvin al despejar un balón que terminó en su propia portería, permitieron al Atlético Baleares rascar el empate.
Fue un día bravo desde lo climatológico. El sol madrileño de las últimas semanas se tornó en mañana lloviosa de noviembre. Eso no arredró a Raúl, que se la jugó alineando al central juvenil Marvel por primera vez con el filial para secar al otro Vini, a Vinicius Tanque, y le salió redondo. El canterano marroquí dejó al punta balear en una amenaza nimia. Tremendo futuro el de Marvel. Arribas y Blanco formaron un centro del campo superior y el primero lo dejó constar rápidamente cuando materializó en el minuto 11 un penalti a Gudjohnsen. El nórdico volvió a ser protagonista siete minutos más tarde... con el 2-1, porque antes se coló por medio un golazo de falta del visitante Hugo. Gudi, como le conocen en Valdebebas, fue el ariete que hizo suyo el partido.
El casi gol de Dotor
Pasados esos diez minutos locos, el Castilla fue a por todas sin parar con los de Palma queriendo agarrar una contra con la que enchufar a su Pichichi, Dioni, apagadísimo. Tuvo que ser un disparo lejano de Luca Ferrone en el 65' el que provocara que Marvin metiera la pierna con tan mala pata de confundir a Fuidias. Un empate que al Atlético Baleares pareció valerle y más cuando su portero, René Ramos, evitó el que hubiera sido uno de los goles combinativos de la temporada orquestado por Arribas y con taconazos de por medio que iba a culminar Dotor. Paradón.
Fue la gran traca final castillista pero no fue suficiente. Eso sí, los chicos de Raúl se fueron a la ducha sabiendo que no son inferiores, pese a partidos como el del Carlos Belmonte, a los cocos de esta nueva Primera RFEF.