Otro pisotón al escudo
El Hércules sigue en caída libre y empata ante el Socuéllamos en el Rico Pérez sin generar ninguna ocasión. Lesiones de Nico y Toscano. Volvió Acuña.
Pitó el final del partido el árbitro y los jugadores del Socuéllamos se abrazaron, dieron botes de alegría y corrieron hacia la grada en la que estaban sus cerca de 200 aficionados para celebrar el 0-0. Acababan de empatar en el Rico Pérez, ante un Hércules llamado a estar entre los favoritos. Sólo era un punto, pero el Yugo corrió porque le quedaron fuerzas después de firmar un partido plácido. El Hércules no le apretó, le dejó tocar y hasta tuvo las ocasiones más claras para llevarse la victoria.
Mientras el Socuéllamos celebraba el punto, el conjunto de Mora era todo tristeza. El Hércules le dio otro pisotón al escudo ante un rival modesto. Fue la enésima decepción que se lleva el Rico Pérez en los últimos años. Pero la caída del Hércules es preocupante, sobre todo porque todo el mundo esperaba una reacción tras la debacle de Alzira. Aspiraba Mora a que sus jugadores saliesen con sangre en los ojos y lo hicieron silbando, lamentando las lesiones y dejando pasar el tiempo. Del carácter que demandaba Mora se pasó a la indiferencia. Ni rastro del equipo que prometió el técnico blanquiazul.
El Hércules arrancó frío. Le dio la posesión al Socuéllamos y en el primer minuto le llegó la primera desgracia. Toscano se lesionó la rodilla e intentó volver. Pero sin éxito. En el 14' pidió el cambio. Entre asistencias médicas y la sustitución, el Hércules miró. Luego, cuando intentó meterse en el partido llegó la segunda lesión. Nico se rompió muscularmente. Otro golpe en la mandíbula de un grupo que ha perdido en 15 días la credibilidad de las primeras jornadas. Lo del Intercity suena a otra época.
El primer acercamiento lo hizo Chuli en el minuto 9. Fue la primera y la última vez que el portero del Socuéllamos tuvo que tocar la pelota. El Yugo se hizo fuerte con el paso de los minutos. Tras el descanso, tuvo las dos ocasiones más claras para ganar y montar un lío más gordo en el Rico Pérez. Ginaid disparó a la madera y Nacho Huertas, tras otra oportunidad, provocó los primeros pitos de la era Mora.
El Hércules ni se sonrojó. No era el día de masticar el futbol, pero tampoco a su equipo le dio por morder. Ni Acuña, en su vuelta tras siete meses lesionado, despertó al Hércules. El conjunto blanquiazul no encontró el camino del gol en ningún momento, ni las ocasiones. Sólo generó enfado y malestar en un Rico Pérez que pitó mientras el Socuéllamos celebraba el punto.