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BARCELONA

Luuk de Jong, directo al limbo

La posible marcha de Koeman, que lo pidió, puede condicionar su temporada. Llegó de rebote y a última hora por el adiós de Antoine Griezmann.

Luuk de Jong, en el partido ante el Benfica.
PATRICIA DE MELO MOREIRAAFP

Una tormenta perfecta amenaza a Luuk de Jong (27-8-1990, Aigle). Aterrizado en Barcelona de rebote el último día de mercado cuando Griezmann se marchó al Atlético y Gil Marín le dijo a Mateu Alemany que Joao Félix no se movía, su llegada tuvo mucho que ver con Ronald Koeman. Así, si el holandés es destituido, quedará en un extraño limbo.

Además, De Jong no está haciendo casi nada por su reputación en los primeros partidos. Le marcó un buen gol ante el Levante, pero su actuación en los dos partidos de Champions, contra el Bayern y el Benfica, ha sido decepcionante, hasta el punto de tener episodios grotescos como las oportunidades que falló en Lisboa. No era la primera vez que decepcionaba. En LaLiga, ante el Granada, mandó a las nubes un cabezazo sencillo para un supuesto especialista como él; y, además, hizo un amago de chilena que sirvió para que el Camp Nou, después de murmurar, hibcese chanza. No sólo eso. De Jong, más con la lesión de Braithwaite, estaba obligado a aprovechar sus minutos antes de que reapareciese Ansu. Y no lo ha hecho. Además del jugador de Bissau, el Barça espera a Dembélé y Agüero, por lo que podría terminar por ser un jugador residual. Su papel en el Wanda parece estar destinado al banquillo después de su decepcionante actuación en Da Luz. Memphis podría ser el nueve con Coutinho como novedad.

Una llamada del Barça al Sevilla a las 18:00 el último día del mercado cambió la temporada de Luuk de Jong. Ramon Planes le pidió a Monchi la cesión del holandés y el mágico director deportivo del Sevilla, que tenía casi cerrado a Seferovic, dio el OK a la operación, que luego tuvo que esperar al OK de Saúl al Chelsea.

El fichaje sorprendió, pero Luuk tenía el aval de Koeman y de su capacidad resolutiva en algunos partidos grandes como las semifinales (United) y la final (Inter) de la Europa League de 2020 para el Sevilla. De momento, eso no ha sido suficiente. Se ha colgado la etiqueta de tronco y quitársela le va a costar