Desde el público al contexto, cualquier parecido entre el Espanyol-Real Madrid del domingo con el anterior, hace 15 meses y cinco días, será pura coincidencia.
Hasta 15 meses y cinco días después, vuelve el Espanyol a recibir al Real Madrid en el RCDE Stadium, este domingo, en un encuentro cuyo contexto nada tendrá que ver –empezando por el público– con aquel último enfrentamiento en que el club perico vivía inmerso en terremoto de altísima escala. Aquel fin de semana del 27 y 28 de junio de 2020 acabó de estallar por los aires la crónica de un descenso anunciado, que no sería matemático ante los blancos, pero poco le faltó.
Fue en la previa del partido, en la mañana del sábado 27 de junio, cuando anunció el Espanyol la destitución de Abelardo Fernández, su tercer entrenador de la temporada tras David Gallego y Pablo Machín, y el nombramiento como técnico interino del director deportivo, Francisco Joaquín Pérez Rufete. Había sumado el asturiano 14 puntos en 13 jornadas, se encontraba el conjunto blanquiazul a ocho puntos de la permanencia pero, aun así, se había charlado solo unos días atrás sobre su renovación. El detonante a ese inesperado giro de 180 grados fueron unas declaraciones suyas, tras caer ante el Levante, en que deslizaba que algunos jugadores no se habían dejado la piel.
Ante los blancos tuvo que desempolvar Rufete su chándal, con un daño menor, un 0-1 obra de Carlos Casemiro al filo del descanso que no era ni siquiera la punta del iceberg de lo que le aguardaba al Espanyol, que en las siete jornadas finales cosechó seis derrotas, un empate y ninguna victoria. Y consumó el descenso. Ahora ha vuelto, y 15 meses y 15 días después vuelve a recibir al Real Madrid inmerso en una calma tensa, por ahora más calma que tensa, después de haber cosechado seis puntos en siete partidos de la mano de Vicente Moreno.