NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ÁRBITROS

Los árbitros analizados bajo la lupa: cuatro 'juicios' por partido

Velasco Carballo ha elevado el nivel de exigencia a sus colegiados en los últimos años. Cada decisión que toma un trencilla en el campo es analizada por mínimo tres exárbitros.

25/09/21 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 REAL MADRID - VILLARREAL 
 GIL MANZANO ARBITRO 
 FALTA A FOYTH
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El fútbol se ha profesionalizado y el arbitraje se ha subido al carro de esta corriente desde la llegada de Velasco Carballo a la presidencia de su Comité. Algunos trencillas en activo y otros ya retirados pensaban que no iba en serio, pero se han encontrado en los tres últimos años con un cambio significativo a la hora de preparar los partidos y de ser evaluados. Todos están vigilados bajo la lupa los siete días de la semana. No solo por los equipos y la afición, también por sus jefes y su presidente. Cada error y acierto que cometen es analizado y comunicado.

Cada actuación arbitral es examinada por cuatro personas

Los árbitros actualmente están bajo un escrutinio constante por su colectivo. Tienen que someterse a la supervisión de un mínimo de cuatro personas. El primero que analiza, y según su juicio va detallando errores y aciertos, es el delegado de partido que se encuentra en el estadio. El segundo, otro delegado pero que lo ve desde la televisión. El tercero, un miembro de la Comisión Técnica (Velasco Carballo, Rubinos Pérez, Clos Gómez, Villa Gutiérrez o Undiano Mallenco). Entre estos cinco miembros se reparten los 22 partidos de Primera y Segunda División que se juegan cada jornada. La razón es simple, que todos los árbitros que están sobre el campo sientan que lo que hagan va a ser visto por los jefazos del Comité. Independientemente que sea un Real Madrid-Barcelona o un Las Palmas-Burgos.

Y el último en dar su juicio sobre las decisiones tomadas en el campo es el propio árbitro. Un autoanálisis que debe realizar en un plazo máximo a las 48 horas siguientes de acabar el partido. El trencilla debe ver el partido que ha pitado, hacer autocrítica y dar explicaciones a sus superiores sobre sus decisiones: si la amarilla que ha mostrado está bien sacada, si se debería haber sacado alguna más y la razón por la que cree que no lo hizo, si era penalti o no el contacto que había pitado, su posición en el campo, su interacción con los jugadores... Todo es susceptible de autoanálisis, al igual que de examen para sus 'vigilantes'. Una sensación de seguimiento continuo que aseguran que antes no existía.

El CTA no solo se ha puesto a la vanguardia por implantar el VAR y construir un centro VOR con 12 salas considerado el mejor del mundo, también se ha digitalizado y creado una envidiable base de datos sobre jugadas. Los observadores arbitrales por televisión y la Comisión Técnica realizan anotaciones durante los partidos en un Excel. Además de poner si han acertado o fallado y del tipo de jugada y una serie de conceptos codificados, apuntan los minutos del partido en los que se producen dichas acciones y el sistema que han desarrollado corta clips de vídeo. De esta forma, todas las jugadas pueden ser analizadas a la media hora del final del partido. Es decir, cualquier mano o agarrón dentro del área que se haya producido en LaLiga puede ser consultada por cualquier árbitro español.

Los jugadores se chivan al VAR de las infracciones

Por ahora, ningún error claro y manifiesto se les ha escapado en el VOR de Las Rozas. Una buena noticia para el fútbol tras varias temporadas marcadas por las polémicas. A veces por errores del árbitro y otras por aciertos clamorosos que mediáticamente se han convertido en fallos, como denuncia el propio colectivo. Pero los actores del fútbol ya se han acostumbrado a la presencia de esta herramienta. Tanto jugadores como árbitros. Por parte de los futbolistas se fuerza la revisión de ciertas jugadas exagerando los contactos y prolongando su estancia en el suelo para darle mayor gravedad. De ahí que en los últimos años se hayan pitado penaltis por contactos leves. Esto ha llevado a que Velasco y Clos hayan pedido a sus VAR que no cayesen en la trampa y solo mandasen revisar al monitor los errores groseros.

Pero los árbitros también han sabido sacarle partido. Aunque se ha pedido que se castiguen las protestas continuas y los corros de presión al árbitro, han aprendido a sacarle partido a esas situaciones para revisar las jugadas. La consigna es disolver esa muchedumbre de jugadores, pero nunca hacerles que se callen, sino que aporten información al árbitro para que este la traslade al VAR. Desde el VOR revisan dos árbitros las jugadas (VAR y AVAR) fijándose en cualquier aspecto (fueras de juego, faltas, manos, que salga el balón del rectángulo...) que condicione la decisión arbitral. Pero alguna vez se les puede escapar alguna infracción. De ahí que las quejas de los jugadores puedan alertarles de alguna mano o falta que ellos no han visto y pueda ser susceptible de anular la jugada. Un chivatazo del propio jugador que puede ser decisivo para el análisis del VAR.

Un 'Gran Hermano' continuo

Se decía que la llegada del VAR iba a suponer un Gran Hermano arbitral. Pero el verdadero símil llegaría con el día a día del árbitro. La profesionalización ha llegado a tal punto, que el propio Velasco Carballo tiene controlado desde su ordenador el entrenamiento de cada árbitro y las pulsaciones que ha tenido, en qué lugar vía Maps se ha entrenado, cuántas horas ha dormido y la calidad del sueño, entre otras muchas estadísticas.

Además, los trencillas cuentan con herramientas de scouting para analizar todos los partidos y preparárselos. Saber cómo saca cada jugador los córners o faltas y así predecir dónde posicionarse en el campo para poder tomar la mejor decisión. Herramientas que usan en la ambición que tiene el colectivo de perseguir ese 'Error 0'. Aunque sea casi imposible de alcanzar, el error humano existe y es parte del juego en jugadores, entrenador e, incluso, árbitros.