Aprobados y suspensos del Sevilla: Entre tangos y pillería
La conexión argentina de Montiel, Lamela y el Papu Gómez pone al Sevilla en ventaja para que la inteligencia de Fernando y la pegada de Rafa Mir sentencien
Las numerosas rotaciones que se esperaban en Anoeta llegaron una jornada después a la alineación del Sevilla. Montiel dio descanso a Navas en el lateral derecho, mientras que Ocampos partió como titular por primera vez esta temporada. Lo mismo ocurrió con Rafa Mir, que ocupó la punta del ataque en detrimento de En Nesyri en un once en el que también fueron novedades Rekik y Jordán. Y el plan no pudo salir mejor porque el Sevilla arrasó al Valencia en 20 minutos.
Bono: Nada que hacer en el gol del Valencia, poco trabajo pero seguro en todas sus intervenciones.
Montiel: Robó el balón del 1-0, sirvió, con fortuna, el centro del 2-0 y provocó la falta del gol del Valencia. Mucho más en el haber que en el debe.
Koundé: Pareciéndose mucho al de la temporada pasada.
Diego Carlos: En la línea de notable alto con la que ha comenzado la temporada. Y claro, si no hace penaltis, pues luce más.
Rekik: Sorprendente su juego con los pies en la primera parte. Pero para bien. Muy entonado.
Fernando: Listo y preciso para sacar con rapidez la falta del 3-0. Pareció tener más aire, lo cual es vital para su juego.
Jordán: Algo mejor que en las últimas fechas, que no era complicado, pero que se debe valorar.
Papu Gómez: Pillo en el 1-0 e implicado todo el partido. Parece ir encontrando su sitio en el césped.
Ocampos: No apareció en ninguna de las acciones determinantes, pero tenerlo en el campo libera a otros compañeros.
Lamela: Ha caído de pie en Nervión, no hay más. No marcó pero asistió.
Rafa Mir: Se estrenó por fin como goleador, lo cual debe quitarle ansiedad. Le da cosas al equipo.
CAMBIOS
Navas: Entró fresco y, claro, hizo lo que le dio la real gana en su banda.
Rakitic: Inteligente y aplicado para hacer lo que, se supone, le pidió Lopetegui: que no pasara nada.
En Nesyri: Activo pero sin fortuna.
Delaney: Cerró bien el centro del campo.
Gudelj: Una amarilla en cuatro minutos y esa sensación inquietante de cada vez que sale en los minutos finales.