La fórmula Morlanes-Melendo-Darder todavía necesita rodaje

Parecía definitivo. El pegamento para unir la solidez defensiva con la contundencia en ataque. Pero, como casi todo en el mundo del fútbol, la eficacia de los recursos, de las soluciones, depende de las infinitas circunstancias de un partido. Y así, decidió Vicente Moreno apostar este domingo por el trío que tan buenas sensaciones –y resultado– le había dado en la primera mitad del Espanyol-Atlético de Madrid de la jornada anterior: Manu Morlanes, Óscar Melendo y Sergi Darder. Sin embargo, ante el Betis el invento se partió por dos. Ahora llega el Alavés.

Seguramente una de las principales explicaciones del revés se encuentre en el poderío del Betis, un rival que se adueña del balón y que, a la vez, somete físicamente a sus adversarios. Que, en el caso del Espanyol, los condena a practicar un juego directo que no acaba de casar con esa idea de 4-3-3 con futbolistas de toque, y de perfil mucho más imaginativo que rocoso, en la medular. Es así cómo seguramente entre Morlanes, Melendo y Darder solo dieron 50 pase buenos contra el Betis, por los 102 que habían servido frente al Atlético. Es decir, un rotundo 51 por ciento menos. Similares estadísticas las de los pases totales: 61 en el Villamarín por 108 en casa contra los rojiblancos.

Tal fue el desbarajuste –sublimado en esos minutos finales del primer tiempo en que remontó el Betis– que optó Moreno por reemplazar a Morlanes y Melendo por Keidi Bare y Loren Morón en la reanudación, convirtiendo el 4-3-3 en el clásico 4-4-2, aunque lejos de surtir efecto acabó por enmarañar el partido –que no el resultado– en un segundo tiempo cercano al caos. Una de las conclusiones al rendimiento del tridente es que hasta los mejores planteamientos tienen su momento. Y el de Morlanes, Melendo y Darder acaso se reserva al RCDE Stadium y/o ante contrincantes que no hagan de la posesión su modo de vida. Habrá que ver este miércoles ante el Alavés.