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BETIS 2 - ESPANYOL 2

Aleix Vidal deja Heliópolis con un gol, una brecha y 15 puntos

Al extremo del Espanyol, autor del 0-1 ante el Betis, le tuvieron que suturar tras la entrada de Pezzella, en un retorno caliente del exsevillista al Villamarín.

Aleix Vidal of Espanyol celebrates a goal during the spanish league, La Liga Santander, football match played between Real Betis and RCD Espanyol at Benito Villamarin stadium on September 19, 2021, in Sevilla, Spain.
 AFP7 
 19/09/2021 ONLY FOR USE IN SPA
AFP7 vía Europa Press

Quedaba un cuarto de hora para el final, cuando Aleix Vidal recibía un planchazo en la zona medular del Benito Villamarín, en una acción que en apariencia no revestía demasiado riesgo. Y se retorcía de dolor el jugador del Espanyol, hasta este verano con ficha del Sevilla. Así que el colegiado César Soto Grado solo no dudaba en mostrar una amarilla al infractor, Germán Pezzella. Protestaron los jugadores pericos, se llevó por ello otra tarjeta Adrià Pedrosa. Y, finalmente, José María Sánchez Martínez advertía al árbitro desde el VAR. La acción iba a cambiar el devenir del partido.

Tras ver en el monitor que el pie de Pezzella había ido directo a la tibia derecha de Aleix Vidal, y que este sangraba con un evidente agujero en su pierna con la misma forma del taco de la bota, Soto Grado rectificaba su amarilla al argentino y lo expulsaba con roja directa. Propiciaba que el Betis acabara el encuentro con diez jugadores, que se añadiesen ocho minutos por todo el tiempo perdido y, a la postre, que el Espanyol anotarse en el 97’ el tanto del definitivo empate. Pero todo ello impedía que, tras un primer e infructuoso intento, Aleix Vidal pudiera seguir sobre el terreno de juego. Según fuentes del Espanyol, el extremo necesitó 15 puntos de sutura y tiene una considerable brecha en la pierna derecha.

Sin duda que Aleix Vidal fue, por todo ello, uno de los grandes protagonistas del Betis-Espanyol, ya que en la primera parte se había convertido en el autor del 0-1, en cuya celebración se echó las manos a las orejas en un gesto que invitaba a la grada del Villamarín a dedicarle una sonora pitada, como siguió ocurriendo después cada vez que tocaba el balón. Ni él ni el beticismo olvidaron su pasado sevillista.