Un Girona de los viejos tiempos
La dinámica del bloque rojiblanco es preocupante y necesita volver a ser competitivo. No arrancaba tan mal una Liga desde la 2009-10, cuando sumó tres puntos en cinco duelos.
En Girona empiezan a mostrarse preocupados. El equipo no carbura, le está costando adaptarse a las ideas de Michel y una parte de la afición empieza a mostrarse un tanto furibunda. La derrota ante el Málaga escuece (ya son tres seguidas) y hace mella en la confianza. El bloque rojiblanco únicamente ha sido capaz de sumar cuatro puntos en las cinco jornadas disputadas y, pese a que todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, verse en puestos de descenso hace que el nerviosismo aumente y la mecha se acorte.
Hacía tiempo que el Girona no vivía un arranque de campaña tan pobre. Las dos primeras jornadas fueron correctas, con un triunfo (Amorebieta) y un empate (Las Palmas), pero actualmente se está en una espiral del fracaso. Las tres derrotas consecutivas dañan la imagen. Y es cierto que las comparaciones son odiosas, aunque toca remontarse hasta la temporada 2009-10 para ver un arranque liguero con menos puntos que los cuatro actuales. Por aquel entonces, tan sólo se cosecharon tres. Es más, hasta en Primera se lograron mejores arranques. “Es un momento delicado, duro”, comentó un Michel que va a seguir trabajando por devolver al Girona a lo más alto. Es autocrítico y tiene margen de maniobra porque la directiva confía en él. “Nuestro objetivo es luchar por todo, por cosas grandes y es la mentalidad que debemos tener. Yo se lo he de transmitir a los jugadores”. La teoría está clara, toca llevarlo a la práctica. Eso sí, tampoco se debe caer en dramatismos porque sólo se contabilizan cinco jornadas de Liga y hay un dato que permite ver la luz. El curso del ascenso a Primera, el de 2016-17, el conjunto gerundense, entonces dirigido por Pablo Machín, sumó únicamente cinco puntos tras los cinco primeros encuentros. Es un punto más que el actual y hubo final feliz para el club, equipo y afición.
Las sensaciones del Girona actualmente son malas, pero hay plantilla como para no sufrir. Michel tiene experiencia en la categoría, ha logrado dos ascensos a Primera, y hay varios jugadores que aún deben ponerse a tono. El gran ejemplo es Borja García, que ya logró acumular minutos en Málaga y se espera mucho de él. También de Santi Bueno que tras su lesión durante la pretemporada logró ir citado a La Rosaleda y el sábado contra el Valladolid debería debutar este curso. El uruguayo está llamado a ser el jefe de una zaga que, en los tres últimos partidos, ha recibido seis goles. Esta semana estará repleta de autocrítica, pero el sábado llega el Valladolid a Montilivi y no se puede fallar. Toca volver a levantar el vuelo.