Savic, historia viva del Espanyol
El último gol de los pericos ante público, el 1 de marzo de 2020, lo anotó el montenegrino en propia meta. 560 días después, el Atlético regresa al RCDE Stadium.
A la hora de la siesta. Del telefilme, acaso. Poco más de 20 minutos pasaban de las cuatro de la tarde de aquel 1 de marzo de 2020, más lejano incluso en los recuerdos que en las propias hojas ya inservibles del calendario. Centraba Wu Lei desde la izquierda, entraba el esférico en la casi imbatible meta de Jan Oblak y corrían todos los jugadores del Espanyol a abrazarse a Raúl de Tomás. Sobre ellos, se elevaba un RCDE Stadium que al fin podía darse una alegría, 30.360 espectadores que se subían al tren de la esperanza.
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Poco sabían entonces los pericos, y en definitiva nadie, que ése sería el último gol del Espanyol que sus gargantas cantarían desgañitadas, a pleno pulmón, desde sus localidades. Levantándose de sus botacas azules –blancas, las que menos– que pronto se cubrirían del polvo que delata al desuso. La última diana de los blanquiazules ante público en un estadio, para colmo, no la había anotado Raúl de Tomás, sino que se le había avanzado Stefan Savic, quien al tratar de impedirle rematar se la acabó colando en su propio arco.
Ya no hubo más goleadores pericos en aquel partido –sí rojiblancos, pues empató Saúl Ñíguez–, como tampoco la jornada siguiente ante Osasuna. Y las gradas se clausuraron. El fútbol pasó a ser exclusiva de la televisión. Y el Espanyol bajó a Segunda. Ha vuelto, pero tampoco en el reencuentro con su público, hace tres semanas ante el Villarreal (0-0), logró quebrar con un golpe certero de balón las telarañas de las porterías del RCDE Stadium. Ni a domicilio.
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Y ahora, 560 días después de aquella diana de Savic, el que regresa es el Atlético de Madrid, puede que también Savic, y en definitiva el anhelo de sentir de nuevo ese cosquilleo que recorre todo el cuerpo que la pandemia arrebató a los seguidores. Esa sensación incomparable llamada gol.