El Fuenlabrada se ha ido de Erasmus en este mercado de fichajes. Sólo cinco de las doce incorporaciones azulonas han llegado de equipos españoles (Altube, Morro, Zozulia, Pedro León y Arturo Molina). Los siete restantes han tenido que ir a buscarlos a ligas con solera e historia, como la Serie A o la liga italiana, pero sobre todo exóticas, como la liga búlgara, la china, la suiza o la segunda división francesa. Un enorme trabajo de scouting que espera tener resultado en la consecución de la permanencia, el objetivo. Sucede que la dirección deportiva del Fuenlabrada, sabedora de las estrecheces económicas por las que pasa el mundo del fútbol y de su limitado presupuesto para zafarse con los asiduos en la categoría de plata, ha decidido invertir gran parte de su tiempo y esfuerzo en buscar a ese ‘diamante por descubrir’ en unos campos donde pocas direcciones deportivas mirarían. Es decir, intentar repetir lo sucedido con Randy Nteka o Pathé Ciss, llegados a precio de saldo al Fernando Torres y vendidos por una cifra superior a los tres millones en total tras un rendimiento sobresaliente. Poco riesgo en lo económico, mucho en lo deportivo pero la tranquilidad de saber que ese es tu modelo. Konaté (Chamois Nortais) y Timité (Amiens) se unieron al equipo kiriko como agentes libres por un año con posibilidad de aumentar dos. Por otro lado, Anderson (Tsarsko Selo búlgaro) aterrizó en el Torres en calidad de cedido pero el Fuenlabrada se guarda una opción de compra. Por último, Nuno Pina (Grasshopper suizo) ha firmado por tres temporadas con los azulones, apuesta firme por el futbolista. ‘Proyectos escondidos’ que pueden dar uno de esos petardazos que bien conocen en el Torres... Sin embargo, Miguel Melgar y su gente no han querido fiar todo a las promesas. El bloque de esta última etapa tan exitosa del Fuenlabrada se mantiene y, además, futbolistas con experiencia en el fútbol de primer nivel también han pasado a engrosar las filas de Oltra: Zozulia (Albacete), Pedro León (Eibar), Mbia (Wuhan) o Soldano (Boca Juniors). De hecho, el director deportivo azulón reconoció que fueron estas dos últimas incorporaciones las “más complicadas de cerrar y que sin el deseo de jugar en el Torres de Mbia o Soldano no se hubiesen cerrado”. Además de este cuarteto, el equipo fuenlabreño también incorporó a Altube (Real Madrid), Gozzi (Juventus) o Morro (Rayo Vallecano) que sin ser ‘veteranos’ tienen sobrada experiencia en el fútbol de élite al venir de tres canteras de enjundia. La permanencia es vital en un Fuenlabrada que sólo puede convertirse en el equipo que aspira a ser asentándose en el fútbol profesional. Por ello, mezclar la juventud y la búsqueda de las ‘famosas’ plusvalías por fichajes debe estar ligado a una experiencia y capacidad de asumir la presión contrastada que es lo que ha hecho la dirección deportiva en este mercado de fichajes, uno de los más duros que se recuerda.
El apartado de salidas no debería sorprender a ningún seguidor del Fuenlabrada con los pies en la tierra. Se marcharon Pathé Ciss y Nteka, que estuvieron en el Torres de más por su enorme nivel, a un Rayo Vallecano de Primera. Por otro lado, Glauder puso rumbo a un Eibar con aspiraciones reales de ascenso y con una oferta contractual mayor. Honores a tres jugadores que no escatimaron un esfuerzo. No se puedo renovar las cesiones de Garcés, Pinchi o Gassama, deseadas por el club pero imposibles en lo económico.